lunes, 26 de septiembre de 2011

Naturaleza e identidad en la Transexualidad

Tal vez parezca fuera de lugar este artículo en un blog que trata de aportar todos los datos e informaciones disponibles actualmente sobre la asexualidad, sin embargo, considero muy interesante e importante dar a conocer de forma sencilla pero veráz todo aquello de lo que la gente evita hablar sobre la sexualidad humana. Me consta además que entre las personas que componemos esta pequeña comunidad asexual hay muchos transexuales o intersexuales. Para ell@s y para tod@s va esta publicación.


La naturaleza es nuestra componente biológica o animal. Generalmente se define como XX o XY, pero no siempre; también hay X0 y otras muchas variantes.

En la edad prenatal, una asexualidad universal, visible en las dos tetillas y el tubérculo genital en todos los fetos, recibe más adelante un flujo de andrógenos de intensidad variable según la presencia del segundo cromosoma X o del cromosoma Y (o más exactamente, del gen SRY dentro de él) Si hay cromosoma X, la androgenación es menor y el feto se feminiza y si hay cromosoma Y, la androgenación es mayor y el feto se masculiniza.

Pero esta androgenación variable en cuanto a los grandes chorros, también puede variar en detalle. Cada uno de los grandes chorros puede ser mayor o menor. Además, parece que no sucede en un sólo momento, sino en varios; por ejemplo, los genitales se configuran en un momento distinto que el del cerebro. Puede ser que los genitales se configuren definidamente como masculinos o femeninos y que el cerebro se configure menos definidamente o definido en sentido cruzado respecto a los genitales.

Cuando ocurre esto, nacerá una niña con temperamento masculino o un niño con temperamento femenino.

Hasta aquí la biología. Los humanos, además, tenemos la capacidad de formar conceptos o abstracciones, mediante el hallazgo de los elementos comunes entre varias realidades.

El concepto que nos formamos sobre lo que somos es nuestra identidad.

Una de las dimensiones básicas de nuestra identidad es la sexualgenérica (biológica + social)

La mayor parte de las personas, desde una edad muy infantil, no tienen ninguna dificultad en formarla. Voy a distinguir entre ellas dos clases, las que forman su identidad autónomamente y las que la forman heterónomamente.

Las primeras, se observan a sí mismas sobre todo en temperamento (preferencias, afinidades...), observan a los demás y en a quiénes se parecen o quiénes no se parecen. Establecen así su identidad de género, porque está basada en lo social, lo cultural y lo conductual.

Hablo de identidad de género y no de sexo, porque es muy digno de mención que, en nuestra sociedad vestida (otra cosa sería si siguiéramos en la desnudez primitiva), la observación de los genitales suele ser más tardía. Los niños de tres años, por ejemplo, no suelen tener conciencia de ellos.

Por eso, esa mayor parte de las personas que forman una identidad de género firme, incluye a algunas personas transexuales que se identifican plenamente con un género, sin tener en cuenta si corresponde o no a su genitalidad. Al crecer, y descubrirla, les choca, y suelen formar la esperanza de que cambie sola con el desarrollo. En todo caso, en su conciencia, la identidad prevalece sobre la genitalidad.

La segunda parte de las personas, las que forman su identidad heterónomamente, siguen la opinión social. “Tú eres un niño” o “tú eres una niña” son los pilares de su identidad y los siguen fielmente.

Además, al crecer, pueden ir descubriendo algunos elementos temperamentales (“me gusta lo que les gusta a los hombres, o lo que les gusta a las mujeres”) que ratifican esa identidad. El descubrimiento de la diferencia genital ratifica su identificación.

Sin embargo, algunas de las personas que han formado una identidad heterónoma, pueden también descubrir con el tiempo que no se ajusta del todo a su naturaleza.

Supongamos que han formado una identidad masculina y que sin embargo, al crecer, descubren que sus preferencias y afinidades son sólo en parte o no son del todo como las de la mayoría de los hombres.

Esto puede ser bastante frecuente, pero generalmente se asimila sin darle gran importancia; “a mí no me gusta el fútbol; ¿y qué?”, por ejemplo; sin embargo, parece que hay un umbral crítico en el que estas diferencias se vuelven entonces importantísimas y hasta angustiosas.

Estas diferencias pueden no ocurrir en todo el espacio de las preferencias y las afinidades, sino en sólo una parte de ellas, pero que se consideran suficientemente significativas y personalmente valiosas.

Entonces, se plantea un desajuste entre la naturaleza y la identidad. Ésta resulta o inadecuada o simplificadora. Recordemos que nuestra cultura es muy binarista, es decir, que no reconoce validez nada más que al par conceptual de “hombres” o “mujeres”. Por eso, simplifica, y no asume con el suficiente respeto, ni puede conceptuar las situaciones más complejas.

Obsérvese también que no hay una diferencia esencial entre las personas que siempre han tenido una identidad cruzada y las que la forman más adelante. Lo que se diferencia es sólo la manera de llegar a ella, autónomamente o heterónomamente, por propia observación o por asignación social que luego se revela simplista o inadecuada.

La inadecuación es siempre por la limitación de nuestros conceptos que limita nuestras identidades. Una cultura binarista como la nuestra nos ofrece sólo dos identidades posibles, una u otra, y si no una, entonces la otra. Tendríamos que formar, asimilar y memorizar otros conceptos que correspondieran a nuestra complejidad. Nuestro equilibrio mental y emocional está en juego, porque tenemos que encontrar nuestra verdad, la “adecuación del entendimiento a la realidad”, en términos aristotélicos.

El término trans-sexual, si lo escribiéramos así, implicaría el tránsito de uno de los dos sexos binarios al otro, lo que me parecería inadecuado; la realidad es más compleja y necesita conceptos, nombres que la expresen y que estén cargados de emociones y connotaciones equivalentes a los de “hombre” y “mujer”. Transexual será válido si entendemos que ya expresa esa complejidad y que, suficientemente arraigado en nuestra cultura, como ya lo está, inspira también emociones y connotaciones tal como es, complejo y sutil.

Kim Pérez 19-09-2011
http://www.carlaantonelli.com/comentariokim-05092011-naturaleza-identidad.htm

3 comentarios:

Mademoiselle Grimoire dijo...

Gran articulo como siempre!!!!
Como dice el dicho
Sobre gustos y colores no han escrito los autores......
Que en realidad si han escrito pero nunca podrán dar la ultima palabra ya que cada cabeza es un mundo con su propia estructura, creencias sentimientos, traumas triunfos y derrotas y esto se le puede acoplar un laaargo etc

Obvio en el campo de la sexualidad no puede ser distinto ya que es parte muy importante en la identidad de un ser humano
Algo que me llamo la atención en gran medida es aquella parte del yo vestido lo q me hace pensar en un libro que lei hace u tiempo que se llama el travestista y su esposa .
si los animales viven en desnudes sin preocuparse por ropa
y los animales humanos viven vestidos supuestmente para no preocuparse por su desnudez pero llega un punto en que la sociedad no ve a una persona si no mas bien a un vestido con carga psicológica
Por otro lado que no te preocupe el salirte del tema de la asexualidad como siempre me dicen

en tu blog escribe lo que quieras

además siempre haces una buena recopilación de datos artículos y pensamientos que hacen que tu información sea muy nutrida y q por lo tanto escribas artículos de gran calidad

Lucía dijo...

Gracias una vez más. De veras que tus comentarios son lo mejor de cada publicación y la enriquecen. Es siempre un lujo contar contigo;)

Mademoiselle Grimoire dijo...

Oh gracias!!!
Siempre que pueda aportare con algún comentario.