viernes, 28 de diciembre de 2012

FELICES FIESTAS
PROSPERO AÑO NUEVO
2013

Os deseo con todo mi cariño lo mejor para el nuevo año. Un fuerte abrazo !!!!

Problemas sexuales?

El sexo siempre nos ha dado quebraderos de cabeza e insatisfacciones. Un elevado número de mujeres y algunos hombres no están contentos con su vida sexual. 
Bueno, ¿y qué es lo que sucede para que algo tan festivo y natural nos plantee tantos contratiempos? Porque, hasta hace unos años, estábamos convencidos de que los problemas con estos temas sexuales se debían a la represión imperante en aquellas fechas. Sin embargo, el sexo, como actividad lúdica, -que es en lo que lo hemos convertido, tras liberarlo de la sofocante moral sexual-, ¿nos ha solucionado el problema o nos lo ha complicado aún más? Porque, aunque cueste aceptarlo, todos los datos apuntan a que estamos inmersos en una crisis sexual. Lo demuestra la cantidad de hombres y mujeres que no saben qué hacer ni qué sentir. Y, por si fuera poco, los medios de comunicación desdibujan lo que es una sexualidad sana y nos bombardean con un tipo de relaciones centradas, fundamentalmente, en el coito y en la búsqueda del orgasmo. En definitiva, tratan el sexo como un objeto de consumo más. Y crece la desorientación. Y la obsesión. Muchas personas viven obsesionadas por el sexo. Y otras pasan totalmente de él. 
Tres de cada cien habitantes del planeta se declaran asexuales. O sea, que para estas personas toda la parafernalia del sexo y la seducción suponen un esfuerzo que no merece la pena. Y no por cuestiones morales o éticas, sino porque no les interesa y prefieren canalizar su energía hacia otros ámbitos, como el intelectual o el profesional, sin olvidar que los asexuales también se enamoran; es más, pueden tener necesidad de pareja y de convivir con alguien, pero siempre teniendo en cuenta que les puede apetecer la ternura, no así el erotismo. 
 Ahora bien, ¿es la asexualidad una orientación legítima o implica enfermedad o desorden emocional? Y aquí hay opiniones para todos los gustos. Unos argumentan que más bien sería una forma de deseo sexual inhibido; otros han sugerido causas tales como abusos, represión sexual, problemas hormonales? Sin embargo, algunos especialistas coinciden en que la asexualidad no tiene por qué ser un trastorno siempre y cuando se trate de una opción asumida. 
Por tanto, si usted es una de esas personas que optan por una castidad sin culpas ni pecados y reconoce abiertamente su desinterés por el sexo, sepa que, lentamente, los asexuales se están abriendo paso en nuestra sociedad. 
Articulo de LA NUEVA ESPAÑA

sábado, 24 de noviembre de 2012

Así viven los asexuales


En una sociedad en la que abunda la pornografía, pululan los escándalos de adicción al sexo, los gays y lesbianas reclaman sus derechos y los medios de comunicación celebran el erotismo, nada causa más sorpresa que alguien se declare asexual. Johanna Villamil, una artista y gestora cultural de Bogotá lo es y ha visto la cara de sorpresa que ponen sus interlocutores cuando les cuenta que el sexo con otros no es lo suyo. Le dicen que eso no puede ser posible, que tal vez no ha conocido a la persona correcta, que es una fase, pues todavía es muy joven (27 años) o que debe ser algo hormonal. Pero ella sabe que nada de eso es cierto porque se ha sentido así desde la adolescencia, cuando en pleno despertar sexual las conversaciones de sus amigas del colegio empezaron a enfocarse en los jóvenes más guapos o en los que más les atraían. "A mí me parecía que hablaban en chino porque no podía identificarme con esas sensaciones y eso es aterrador porque se supone que a esa edad uno debería estar sintiendo lo mismo", dijo a SEMANA. A pesar de eso, en aquella época tuvo relaciones sexuales porque era lo que se esperaba, aunque asegura que dichas experiencias no le ayudaron a resolver sus dudas. "Yo me seguía preguntando para qué es esto. Antes de un encuentro tenía que prepararme y pensar". No sentir la misma necesidad de otros por el sexo la llevó a leer libros sobre el tema y a hablar de su caso con sus amigos hasta que entendió que es asexual. Así se denominan las personas que no sienten la atracción sexual que lleva a otros a tener contacto íntimo con alguien. Desde hace tres años ella decidió formar un foro privado en internet para que otros en su situación pudieran intercambiar experiencias. Además es vocera del tema en Hispanoamérica para darle visibilidad y educar a la sociedad para que respete los derechos de los asexuales, tal como sucede con otros miembros de la comunidad LGTBI (Lesbianas, Gays, Transexuales, Bisexuales e Intersexuales). Según ella, no es lo mismo ser asexual en Estados Unidos o el Reino Unido, donde el movimiento lleva más años, que serlo en Latinoamérica donde la sociedad es más conservadora y religiosa. "Las mujeres se realizan cuando tienen hijos y los hombres son machos de verdad si son buenos sementales". Por eso, muchos prefieren no salir del clóset y tener una vida sexual activa para adaptarse a la presión social. Villamil señala que en Colombia el grupo no pasa de 100 personas. Pero según los estudios esta situación se presenta en una de cada 100 personas, lo que significaría que 400.000 colombianos serían asexuales, de un total mundial de alrededor de 70 millones. Para Johanna son dolorosas las burlas y la discriminación, así como sentirse totalmente perdida en las conversaciones sobre sexo de sus amigos. Pero tal vez lo más difícil para los asexuales llega cuando tienen una pareja a la que aman, aunque no están interesados en la dimensión sexual del romance. Esto lleva a que muchos de los asexuales sean solteros. En Colombia la gente todavía reacciona ante el tema como si se tratara de una aberración. "En esta sociedad se asume que la atracción sexual es una fuerza muy poderosa y que todos deben sentir de la misma manera", explica Mark Carrigan, investigador de la Universidad de Warwick, Inglaterra. Pero las cosas están cambiando. El reciente libro Understanding Asexuality es el primer recuento serio sobre el tema, escrito por Anthony F. Bogaert, un profesor de sexualidad humana de la Universidad de Brock en Canadá, y tal vez el mayor experto mundial en asexualidad. Bogaert es consciente de que siempre ha habido asexuales, pero hoy muchos se sienten excluidos en medio de una cultura obsesionada con el sexo. Paradójicamente, dentro de esa misma cultura, en la cual se permite hablar abiertamente de la sexualidad y del erotismo, estas personas están saliendo del clóset con más facilidad. En julio pasado se realizó en Londres la primera gran conferencia sobre el asunto. Por otro lado, el grupo Aven, cuya sigla significa Asexuality Visibility and Education Network, fue fundado en 2001 por David Jay, un asexual californiano de 30 años, y ya cuenta con 60.000 miembros en el mundo. "Gracias a esto, una persona que hoy escriba en Google la palabra asexual obtendrá como resultado esta organización que los entiende y acompaña, y no un artículo del sistema reproductivo de las estrellas de mar", dijo Rachel Hills a la revista The Atlantic. El gran aporte del libro de Bogaert es mostrar que aquellos que no sienten esas mariposas en el estómago o ese deseo urgente por tener contacto sexual con otra persona no son desgraciados por eso. "Quizás se están perdiendo de algo pero no porque el sexo sea algo irrelevante para ellos", dijo el autor a SEMANA. "¿Alguna vez usted ha hecho paracaidismo? Si a usted no le interesa, ¿debería diagnosticarlo como un desorden de bajo deseo de paracaidismo?", explica Bogaert. El experto, además, ha encontrado que bajo esta categoría hay muchas variaciones porque las personas asexuales tienen una mayor capacidad para diferenciar entre romance y sexo. Por ejemplo, muchos de ellos sienten atracción romántica por otros aunque no conciben la idea de tener sexo y se mantienen vírgenes toda la vida. Algunos ni siquiera han besado a otra persona por primera vez. Por otro lado, hay quienes tienen cierto impulso sexual y pueden masturbarse para sentir placer, pero no sienten interés de dirigir esa energía hacia otros. Así mismo, hay asexuales que pueden estar atraídos románticamente hacia personas de su mismo sexo, en cuyo caso serían homosexuales. En su trabajo, Bogaert ha encontrado que a algunos asexuales les falta excitación, fantasías, placer o atracción sexual, pero esta última carencia es el factor común de todos. Y dicha falta no es por un tiempo determinado ni propiciada por voluntad de ellos, como si lo sería el celibato, sino una situación permanente. De hecho, según el doctor Raúl Paredes, director del Instituto de Neurología de la Universidad Autónoma de México: "No hay alteraciones físicas, pues ni los hombres tienen problemas de erección ni las mujeres de congestión vaginal", dijo el experto a SEMANA. Paredes y su equipo han reportado resultados de investigaciones en animales. Para el estudio ponen a la hembra y al macho en un mismo espacio, y cuando estos no responden sexualmente al estímulo los llaman machos no copuladores. Es otra prueba de que la asexualidad está presente en el mundo animal. Por eso, algunos creen que estos casos deben incluirse como otra categoría sexual, así como los homosexuales, bisexuales y heterosexuales. "Se trata de una variabilidad sexual y no de un problema físico o una disfunción. Así como unos son extremadamente sexuales, otros no lo son", asegura Paredes. Aún no se sabe qué lo causa. Ciertas investigaciones señalan una deficiencia de neurotransmisores que son claves para la síntesis de hormonas como testosterona y el estradiol. Otros, como Bogaert, señalan un factor biológico en las etapas prenatales que causa una predisposición. "Pero la cultura también tendría un impacto", dice el experto. Mientras tanto, Johanna Villamil espera que con su trabajo muchos acepten su condición y hablen del tema sin tapujos. Esto ha sido vital para poder tener relaciones con parejas estables y poder negociar con ella el significado de intimidad, atracción y placer. "Yo soy una persona totalmente normal, sociable, capaz de tener relaciones con los demás, con pasiones y placeres por muchas cosas de la vida, como todos. Solo que no me interesa el sexo".
http://www.semana.com/vida-moderna/viven-asexuales/188200-3.aspx

jueves, 8 de noviembre de 2012

LOS SIN SEXO

Son los últimos y sufridos habitantes del armario. Los llamados asexuales, entre el 1 y el 3% de la población mundial según los expertos, no sufren ninguna enfermedad ni trastorno psicológico alguno, simplemente carecen de deseo por el otro. Son los ciudadanos más paradógicos de una sociedad en la que el sexo es medio y fin para casi todo.


Por Lola Fernández

En el principio estuvo el sexo y, después, un lío terminológico descomunal para tratar de denominar a todas las presencias y ausencias que en el hecho carnal se producen. Porque sin palabra no existe el hecho, los protagonistas de este reportaje han tenido que aferrarse a un vocablo que, a pesar de no encajar exactamente en sus hechuras, sirve para el básico propósito de explicarles. Hace ya una década que los llamados "asexuales" salieron del armario gracias a un foro digital de origen británico, Aven (Asexuality Visibility and Education Network o Red para la Educación y Visibilidad de la Asexualidad), donde se cobijó de todo un poco. Personas con bajo deseo sexual, trastornos psicológicos, enfermas, acomplejadas, voluntariamente célibes... Todas unidas por una vida sin contacto sexual con el otro. La palabra "asexual" quiso señalar esa falta, a pesar de que es imposible que el ser humano escape a su naturaleza, inequívocamente sexual.

"La sexualidad es un instinto, un impulso básico. Lo que existe desde antes de Freud son diferentes formas en las que uno la canaliza. Lo que ahora se entiende como asexualidad es la ausencia de relaciones sexuales", aclara el doctor José Díaz Morfa, psiquiatra-psicoterapeuta, terapeuta sexual y de pareja y Presidente Asociación Española de Sexología Clínica (AESC). Sin embargo, aún más equívocos se cobijan en el libre uso de la palabra de marras. No tienen relaciones sexuales los sacerdotes y monjas, y por ello son célibes, no asexuales. Tampoco aceptan contacto carnal con el otro, durante un período de sus vidas, los practicantes de la virginidad antes del matrimonio, pero no son exactamente asexuales. Asimismo, no deberían considerarse así los que sufren trastornos que tienen que ver con el descenso de la líbido o problemas psicológicos que devienen en el rechazo de la necesaria intimidad.

Para aclararnos: una cosa es la total ausencia de deseo sexual, que supone un síntoma de un trastorno, y otra la asexualidad, la falta de atracción por el otro, que no tiene porqué ser vivida como tal. Que no se mantengan relaciones con otra persona no significa que el deseo no se canalice, por ejemplo, por la vía del autoplacer. "Si un sacerdote renuncia en su vida sexual a una conducta carnal y lo asume y no le causa preocupación, no hay ningún problema. Los médicos no calificamos ni juzgamos, sólo vemos si hay trastorno o sufrimiento. Ahí es cuando podemos decir que hay una patología", explica el doctor Díaz Morfa. "No creo que exista una persona que no tenga deseo sexual por nadie", afirma Araceli Gutiérrez, psicóloga clínica, sexóloga, terapeuta de pareja. "Siempre habrá un George Clooney o cualquier otra fantasía que ronde la cabeza...". Conviene, también, distinguir la asexualidad del IDS o inhibición del deseo sexual. "Lo sufren personas a las que no les apetece tener relaciones, no tienen deseo, y se quedan en ese grupo de asexuales", continúa la psicóloga. "El IDS se ha extendido mucho en los últimos años debido a la crisis general de la pareja, a la vida que llevamos, al individualismo cada vez más enraizado... Muchas personas solas, al no relacionarse con el sexo opuesto, no hacen más que retroalimentar esa inhibición".

Cuando, hace una década, esta comunidad silenciosa y apenas visible comenzó a salir del cascarón, lo asexual se propuso como un "cuarto sexo", otra vía de vivir la sexualidad. Rechazado hoy este punto, continúa la necesidad de un término con el que explicar, a los demás y a uno mismo, una vida sexual no convencional, pero se evita restringir su radio de acción. "Lo asexual no es una orientación sexual ni una etiqueta", confirma Johanna Villamil, representantes para la comunidad hispanohablante de Aven. "A mí me gusta decir que funciona como una herramienta que utilizas para relacionarte de una determinada manera con otras personas". Traducción: sin que haya sexo de por medio. Johanna, colombiana de 29 años, empresaria y gestora cultura de cierto renombre, calcula en 2.000 las personas que utilizan el español en el foro asexual, una gota en el océano de la cifra total de 50.000 contabilizados en todo el mundo. España, México y Argentina son los países hispanos que más foreros aportan. Villamil cita estudios que cuantifican entre un 1% y un 3% los asexuales a nivel mundial.

Los asexuales confesos pueden declararse románticos, cuando establecen relaciones emocionales de pareja (ya sean heterosexuales, homosexuales o bisexuales) o arrománticos, cuando no sólo prescinden del sexo sino también del enamoramiento. Johanna, por ejemplo, es heteroromántica: "No siento atracción sexual hacia otras personas, pero eso nunca ha sido una trampa o una falla. Siempre he tenido personas muy cerca que me han brindado su afecto y relaciones muy estables y fuertes, sin tener la necesidad de recurrir al sexo para que me dieran ese tipo de apoyo". Su historia es un buen ejemplo del ominoso camino que debe realizar cualquier persona que no se encuentre dentro de los márgenes de lo más frecuente en el terreno sexual.

"Comencé a tener relaciones sexuales en la adolescencia. Mis encuentros eran agradables, pero siempre me rodeaba un sinsentido. No entendía para qué se hacía, porqué era necesario. Si el hambre te lleva a comer, yo comía sin hambre. El médico me examinó y dictaminó que era una persona saludable y que mi líbido era normal. Pero yo quería entender lo que me pasaba... Mis amigos me explicaban que cuando practicaban sexo no pensaban, no racionalizaban como yo hacía: se enfocaban en los sentidos. Cuando yo intenté hacerlo así, me di cuenta de que lo que para otros era algo natural y fluido, para mí no lo era. Eso excitó mi curiosidad y comence a tener encuentros sexuales con el simple objetivo de observar mis reacciones. Nada funcionaba bien. Recurrí al psicólogo y al sexólogo, y gracias a ellos me aproximé al sexo como construcción social y ahí logré entender muchas cosas, a entender que lo que yo rechazaba eran las normas que dictan cómo debe ser la conducta sexual políticamente correcta. O que las relaciones emocionales importantes deben llevar aparejadas, necesariamente, las relaciones sexuales".

Hoy, Johanna disfruta de una vida sexual y emocional absolutamente plena. Plena, pero nada común. "En lo sexual, sigo fascinada por la exploración de otras vías: el fetichismo o el bondage, por ejemplo. Prácticas que no necesitan de otras personas para generar placer. También me interesa mucho el movimiento Sexo Positivo, que incita a las personas a apoderarse y a descubrir su propia sexualidad". Románticamente también está satisfecha: "Yo soporto mis emociones y estabilidad en cuatro personas muy cercanas a mí, que han vivido conmigo mi proceso de exploración hasta llegar a este punto en el que me reconozco en la asexualidad. Ellas también viven lo sexual de otra manera y me entienden. Llegué a la asexualidad porque no sabía cómo hablar de mis relaciones, sobre todo con mi familia. No sabía cómo contarles que tengo una relación muy estable, ya desde hace seis años, con un chico gay que no es sexual. Afortunadamente, han visto que soy una persona feliz y saludable y no se preocupan por mí; conocen a las personas con las que comparto mi vida emocional y piensan que tengo suerte por tenerlas a mi lado".

David, operario en una fábrica valenciana de 30 años, es el equivalente a Johanna en nuestro país: él abrió hace tres años la página web de Aven España y administra tanto esta como el foro. Contabiliza en 200 los usuarios activos, y en unos 1.500 las personas que hasta el momento han participado en el foro. Su experiencia no tiene la intensidad exploratoria de la de Johanna: se asemeja más a la del común de los autodenominados asexuales. "Ya en la adolescencia me di cuenta de que no me fijaba en' esas cosas'", relata. "No quería ligar, ni estar con una chica. Luego pasé en una etapa en la que pensé que podía ser gay. Me metí en chats y todo eso, pero tampoco quería quedar con tíos... No sabía muy bien lo que me pasaba. Y así he pasado mi vida hasta los 27 años. Gracias a un programa de televisión en el que salía una chica del foro de Aven hablando de la asexualidad, me di cuenta de que no me sentía traído por nadie, ni por chicos ni por chicas. Me sentí totalmente identificado con ella". ¿No has consultado a ningún médico? "No, porque no lo vivo como un problema. No me hace falta, yo soy una persona feliz, normal, tranquila. No me siento mal. Mi familia no lo sabe, pero mis amigos más íntimos sí, y me apoyan y me comprenden".

La pregunta del millón de euros en estos casos, la auténtica prueba de algodón de la asexualidad, tiene que ver con la existencia o no del impulso sexual, independientemente de que se comparta o no. Aunque un asexual también puede ser hiposexual (uno, dos o a lo sumo tres episodios sexuales al año) o sufrir una IDS irresuelta... David responde abiertamente: "Muy pocas veces, muy de vez en cuando, me masturbo. Pero es algo muy puntual, sucede muy rara vez y no responde al deseo de acostarme con alguien. Es una cosa conmigo mismo y ya está". También responde a la íntima pregunta Lucía Lietsi, asturiana de 39 años y autora del libro "Diario de una asexual" (en Bubok), donde cuenta de forma novelada su búsqueda. "La gente confunde asexualidad con falta de deseo. Pero una líbido baja, la frigidez, la hiposexualidad o cualquier trastorno de la persona que esta pueda desconocer es tratable. En mi caso, tengo una sexualidad buena, un deseo sexual normal y una capacidad para disfrutar del sexo normal. Y me he enamorado y he tenido una relación fantástica con una persona idónea. Pero cuando no eres capaz de sentir atracción sexual en una situación así, te empiezas a plantear qué es lo que pasa. Ya he comprobado en varias relaciones que no respondo como deberías".

Lucía tampoco establece relaciones románticas. "Los que nos abstenemos somos más coherentes, aunque hay asexuales que están casados y tienen hijos... Yo soy bastante independiente. No tengo dependencia emocional de nadie. Una persona no va a llenar mi vida ni yo a ella... ¿Para qué me voy a buscar un problema? Estar sola no me plantea un problema. Aunque soy heterorromántica, no voy a someter a ningún chico a una relación asexual. Mi vida está bien como está". Pero no fue siempre así... "Con mis parejas siempre he jugado al gato y al ratón... Mi primer novio era muy religioso y me era fácil esquivarle. Luego tuve otra pareja que no pasó de un tonteo. Mis relaciones han sido de una noche, sin implicación emocional. No quiero perder a un buen amigo por una mala experiencia sexual. Para experimentar, siempre he buscado gente con la que no me importaba quedar mal. Para no poner en riesgo nada".

La historia de Pau Masats, barcelonesa de 33 años, refleja los fatales equívocos que se pueden vivir cuando uno de los miembros de la pareja adolece de atracción por el otro. "En mi adolescencia, mi deseo era más alto. No sé si llegaba a la media, pero era mucho mayor que ahora seguro. Tras una relación fallida y una fase en la que experimenté sexualmente, me centré en el trabajo y los estudios. Cuando volví a enamorarme, lo que yo consideraba una líbido muy alta para ella no era nada... Eso fue bastante frustrante para ambas partes. Recuerdo cómo intentaba hacerle entender que era la persona por la que había sentido más atracción en mi vida, pero ella no lo vivía así. La situación le dañó la autoestima: pensaba que no era nada atractiva. Cuando descubrí la asexualidad, fue un alivio. Pudimos aclarar muchas cosas".

A Pau no le interesa si su baja frecuencia sexual es tratable o no: "Fui a un psicólogo para otros temas y acabó saliendo lo del deseo sexual. Fue un desastre. Entonces no me preocupaba, y no estaba dispuesta a convertir en problema algo que para mí no lo era. Creo que los especialistas deberían ceñirse a ayudar en lo que la persona pide, y ya está. No me gusta la idea de convertir en patología cualquier comportamiento que se considere fuera de lo "normal". Aunque tenga causas físicas o sea una enfermedad, ¿tendría que tomar pastillas, con los efectos secundarios que puede conllevar, sólo para "curar" mi falta de deseo? Si quisiera tener más acudiría al médico, pero no es el caso".

Cada historia asexual es, en realidad, un mundo. Cada persona vive su sexualidad o ausencia de ella a su manera. Con sus herramientas y sus circunstancias. Sin embargo,por sus testimonios se deduce que no les plantea tanto un problema con ellos mismos, sino con los demás. La asexualidad, algo tan íntimo y secreto, termina resultando un problema social. Relacional. ¿Se puede vivir en una sociedad como la nuestra prescindiendo de lo carnal? "Yo he llevado mal las preguntas de la familia porque, además, a mi edad ya soy una solterona", confiesa Lucía. "En mi vida sexual procuro ser discreta: nadie sabe y nadie tiene porqué saber. Mis amigos cercanos lo saben, y mi familia lo está digiriendo... Lo que es incómodo es cuando te comentan que le gustas a alguien y tienes que lidiar con la situación. Si pudiera decir: "Soy asexual, no me empujes que no me interesa", me evitaba todas estas cosas. Hoy procuro evitar el tema e ir capeando el temporal, pero antes buscaba la cita y el acercamiento, a ver si provocaba en mí una emoción diferente. A mis años, ya no lo hago".

"El contrato de las relaciones románticas incluye siempre el sexo. O sea: para tener intimidad y demostrar afecto a otra persona tienes que mantener relaciones sexuales. Pero, si no experimento atracción sexual por otros, ¿no tengo derecho al afecto o la intimidad? ¿Cómo me voy a desenvolver en sociedad entonces?", se pregunta Johanna. David muestra la misma preocupación. "Hoy, si no follas no eres nadie. Hecho de menos una compañía, tener una amistad para siempre. Me gustan las caricias y las demostraciones de afecto, lo que no me gusta es el sexo". "Hay maneras de demostrar afecto tanto en la amistad como en las relaciones románticas, y hay un espacio que explorar entre ambas", prosigue Johanna. "La intimidad es un concepto que se asimila al sexo, pero existe la intimidad no sexual y es una cosa muy bonita. Es una intimidad física, pero no dirigida a la parte sexual. Es compartir la cama, abrazarse, es ternura, cariño... Que alguien valore la intimidad no sexual no es habitual, así que cuando las personas se encuentran con esa circunstancia, no duda en aprovechar la oportunidad, al menos en mi experiencia. Es muy bonita la manera en que lo aprecian".

¿Relaciones sin sexo? Eso es algo que parece, si no imposible, sí implanteable debido al miedo al rechazo. "Los asexuales no encajamos, como tanta otra gente, pero no nos planteamos rechazar las normas ni los convencionalismos. Es la sociedad la que nos rechaza", explica Lucía. "No es exactamente que se rechace al asexual", considera el doctor Díaz Morfa. "Lo que ocurre es que su existencia inquieta, porque nos hace cuestionarnos nuestra propia sexualidad". La presión de un entorno en el que el sexo es omnipresente no sólo afecta a los asexuales, sino también a los que practican en compañía de otros. "Hemos pasado de un paradigma de represión a una invasion de lo sexual. Lo que ahora vivismo es una sexualidad de consumo. Hay que ser, por fuerza, muy sexual. Aunque no la necesitan desde el punto de vista médico, los chicos jóvenes toman Viagra: tienen que consumir sexo y la sociedad se lo facilita. Existe la sensación de que hay que cumplir no ya con la pareja, sino con la sociedad. Tanto el hombre como la mujer deben ser muy sexuales. Pero es difícil que haya deseo cuando vivo el encuentro sexual como una exigencia. Entonces ya no me apetece. Todo tiene que fluir un poco más espontáneamente".

"El sexo no es algo que sólo se usa para vender cerveza, revistas o coches", coincide Johanna. "Es un medio por el que se mide el éxito de una persona, su felicidad y su madurez. Explorar la propia sexualidad libremente es ir en contra del sistema, porque es ir en contra de ser una máquina. No hay unas instrucciones determinadas para ser feliz. La sexualidad no debe meterse en una caja para luego ver si encajamos o no en ella. Existen muchas maneras de relacionarse, de vivir el deseo, de tener intimidad. Todas ellas son válidas y trasnversales: nos atañen a todos, sea cual sea la orientación sexual de cada uno".

--¿Qué les diría, doctor Díaz Morfa, a las personas que se declaran asexuales? ¿Es posible revertir esa situación?

--"Yo creo que todos los problemas se pueden solventar, tanto los médicos como los psicológicos. Tanto si estamos ante una baja frecuencia sexual o ante una falta de atracción debida al miedo al abandono o a un conflicto con la intimidad, con la entrega, con el compromiso... En cada caso hay que buscar el motivo. Si una persona no vive con placer y con satisfaccion su sexualidad tiene un problema, un conflicto que sería adecuado que resolviera".



(apoyo)

CELIBATOS FAMOSOS

Algunos personajes reales o de ficción han hecho gala de un absoluto desinterés por los placeres carnales. Y aunque proliferan las elucubraciones que tratan de explicar las razones de esta aversión a las relaciones sexuales, el motivo último sólo está al alcance del interesado.

Simone Weil

Jeanne Garofalo

Sherlock Holmes

JM Barrie

Isaac Newton

Glenn Gould

Jon Ruskin

Nikola Tesla

Morrisey

Michael Jackson

Asimov

Chopin

martes, 6 de noviembre de 2012

Vivir sin atracción sexual

Las personas asexuales son el 1% de la población. Cada vez se animan más a comentarlo pero suelen ser incomprendidas y discriminadas. Buscan visibilidad a través de las redes sociales.
SEBASTIÁN RÍOS*
A los 17 años, y de la mano de Google, Hebe "Luli" Cattáneo descubrió su "lugar en el mundo". Hasta entonces, una palabra de significado desconocido daba vueltas en su cabeza, por lo que decidió googlearla. La palabra era asexual, y la definición que le devolvió el buscador se ajustaba perfectamente a lo que Luli sentía.
"Durante toda mi vida tuve cierta indiferencia hacia el sexo, nunca me pareció algo esencial o divertido y siempre intenté evitar situaciones íntimas con otros chicos. Y no me refiero a pequeños besos o abrazos, porque las muestras de cariño me agradan. El problema surgía cuando notaba cierta tensión sexual en el otro, me incomodaba esa situación", cuenta Luli, hoy con 20 años, estudiante de Derecho y fundadora del grupo de Facebook "Yo también soy asexual".
Como les sucede a muchas personas que un día descubren que no sienten ningún tipo de atracción sexual hacia otras, Luli se preguntó si no estaría equivocada. Y si ese sentimiento no podría revertirse.
Una vivencia similar tuvo Sabrina Canessa durante el proceso de reconocerse asexual. "Jamás me sentí interesada por el sexo, nunca tuve ninguna curiosidad ni interés, por lo que en algún momento tuve miedo de que tuviera alguna enfermedad. Pero cuando descubrí que la asexualidad existía, se me fue un peso de encima, porque no había nada malo ni roto en mí", dice esta estudiante de sistemas argentina de 24 años.
Hoy, la asexualidad es considerada por muchos una orientación sexual más a tomar en cuenta a la hora de pensar la sexualidad humana. Eso propone, entre otros, Tony Bogaert, profesor del Departamento de Psicología de la Universidad Brock, de Canadá, quien ha investigado en profundidad el tema. "La falta de atracción sexual puede ser definida como un tipo de orientación sexual, una cuarta dimensión de la orientación sexual: homosexual, heterosexual, bisexual y asexual", explicó el psicólogo, vía email.
Según Bogaert, alrededor del 1% de la población es asexual, lo que puede manifestarse de dos formas: "Aquellos que carecen completamente de deseo sexual y por lo tanto no se ven atraídos sexualmente por otros, y aquellos que tienen algún nivel de deseo sexual, pero que no conectan con el deseo sexual del otro, por lo que tampoco se ven atraídos por otras personas", explica Bogaert, autor del libro Understanding Asexuality (Comprendiendo la asexualidad).
En cualquiera de los casos, es muy común que las personas asexuales se sientan discriminadas o, cuando menos, incomprendidas. "Muchos se sienten discriminados, e incluso hay algo de evidencia en torno al hecho de que las personas heterosexuales ven a las asexuales en forma más negativa que a los gays o a las lesbianas", dice Bogaert.
"Hay mucho de mitología en torno al sexo, que en algunos aspectos incluso está sobrevalorado -advierte por su parte el doctor Adrián Helien, médico psiquiatra y sexólogo del hospital Durand, y autor del libro Cuerpos equivocados-. Pareciera que, si uno tiene buen sexo, va a ser más feliz, pero en realidad lo que va a tener es... buen sexo. Nada más, no es que a uno le va a ir mejor en la vida por ello. Y si bien el ejercicio de la sexualidad es importante para muchas personas, no lo es para todas. No hay una norma al respecto."
Cuenta Sabrina que cuando le explica a una persona que ella es asexual la reacción primera es siempre de incredulidad. "Me preguntan si tengo un problema hormonal, si me rompieron el corazón alguna vez, si tuve algún trauma en la infancia... Buscan razones o motivos, cuando en realidad no es un error, sino algo con lo que uno nace", dice Sabrina, al tiempo que agrega que al menos en un punto su historia no es la habitual de las personas asexuales: "Yo tengo una familia comprensiva, por lo que nunca tuve que esconder nada".
Luli dice haberse sentido muchas veces incomprendida. "No todos mis amigos entendieron de qué se trataba esto de ser asexual, por lo que algunos optaron por evitar hablar de sexo o incluso dieron por sentado que yo no entendía sobre el tema, por lo que me sentí excluida. Recuerdo que una amiga me sugirió la idea de tener que experimentar más, lo que rechacé, ya que la idea de experimentar algo sexual no me interesa."
De esa necesidad de lograr visibilidad para una vivencia que es normal entre quienes se reconocen asexuales es que en los últimos años han surgido -de la mano de Internet-numerosos foros, grupos de Facebook e incluso ONG que agrupan a la comunidad asexual. La más conocida es la llamada The Asexual Visibility and Education Network (AVEN); en castellano, Red para la Educación y la Visibilidad de la Asexualidad.
Johanna Villamil, de 27 años, gestora cultural, es, desde Bogotá, Colombia, la coordinadora de la rama iberoamericana de AVEN. "La palabra asexual es un poco rara, un poco confusa, se piensa que va en contra de lo sexual, que es antisexual, cuando en realidad es otro camino u otra opción dentro de la sexualidad misma", dice Johanna en conversación telefónica.
Desde su mirada, la asexualidad es una forma distinta de enfocar las relaciones humanas, lo afectivo y emocional, e incluso la intimidad, pero sin pensar al sexo como necesario. "Estamos en una sociedad que nos enseña que el vínculo más cercano que puede uno tener con otra persona es a través de una relación sexual, y que incluso es la forma indispensable para tener ese vínculo. Entonces, ¿si no te interesa tener sexo quiere decir que no tenés derecho a tener un vínculo o una relación?", dice Johanna.
"Pero que las personas asexuales no sientan atracción sexual hacia otras personas no significa, necesariamente, que no tengan relaciones sexuales -señala-. Por definición, somos personas que tenemos nula o baja frecuencia sexual, y dentro de la baja, se tienen. En mi caso, yo estoy en pareja con una persona no asexual, y tengo un máximo de cinco relaciones sexuales al año." *La Nación/GDA

UNA NUEVA ORIENTACIÓN

La primera conferencia no académica para abordar la asexualidad se desarrolló en la Universidad de Southbank, Londres, en julio pasado, informó The Independent. Michael Doré, organizador de la conferencia World Pride (Orgullo Mundial), dijo: "Queremos que se reconozca la asexualidad como una orientación sexual válida, en lugar de un trastorno o algo que la gente tiene que ocultar".
En la asexualidad, existen cuatro "orientaciones románticas": heterorrománticos (sienten atracción romántica); homorromántico (cuando es hacia una persona de su mismo sexo); birromántico o biamoroso (es aquel en el que la atracción amorosa no se basa en el género de la persona) y arromántico (en estos casos, no sólo no hay atracción sexual, sino que tampoco hay atracción romántica o amorosa de ningún tipo).

NO LES IMPIDE TENER PAREJA

La asexualidad no es (o no debería ser) un obstáculo para formar una pareja, afirma el psicólogo Tony Bogaert. "Una persona puede sentir una atracción romántica hacia otra, aun cuando no necesariamente tenga una atracción sexual. Por eso, una persona asexual puede enamorarse de otra, e incluso puede querer formar una familia." De hecho, explica Sabrina, existen diferentes orientaciones "emocionales" dentro de la asexualidad. "Aunque uno no sienta una atracción sexual, sí puede sentir una atracción romántica, y buscar cierto lazo emocional hacia cierto sexo: puede ser heterorromántico, homorromántico, birromántico o, incluso, arromántico", enumera Sabrina, que se reconoce en el último grupo: no atracción sexual-no atracción romántica.
"Todos somos seres sexuales, todos tenemos posibilidad erótica, el tema es poder tener la libertad y la autoconciencia para ejercerla o para no ejercerla -concluye Helien-. Que a una persona no le interese ejercer el erotismo o el autoerotismo es una posibilidad más dentro de la rica diversidad sexual humana."
Para quienes busquen más información sobre el tema el blog Diarios de asexualidad (http//diariosdeasexualidad.blogspot.com/) reúne artículos que se publican en medios masivos y otra información.
http://www.elpais.com.uy/suplemento/ds/vivir-sin-atraccion-sexual/sds_672218_121028.html

sábado, 3 de noviembre de 2012

ASSOCIATIE KU LEUVEN. Asexualidad

Bienvenido!
 Esta encuesta trata de asexualidad, popularmente descrito como la falta de sentir atracción sexual.
Gente asexual no se siente sexualmente atraída por otra gente, ni por hombres, ni por mujeres. La mayoría de las personas asexuales nunca ha sentido atracción sexual. Sin embargo, se puede observar variaciones en la comunidad asexual: algunos tienen o desean tener una relación, otros no, algunos son (o han sido) activos sexualmente y otros no. Sigue habiendo confusión sobre como se puede ver asexualidad, algunos pretenden que es una orientación sexual tal como heterosexualidad u homosexualidad.
Si te reconoces en esta descripción, te invitamos a rellenar esta encuesta.
 Con esta encuesta, quisiéramos obtener más visiones de cómo gente asexual describe la asexualidad. Es más, queremos mapear la variedad de la comunidad asexual respecto a experiencias relacionales y sexuales. Por último, queremos analizar la relación entre correlatos biológicos, psicológicos y sociodemográficos.

 Rellenar esta encuesta te llevará unos 50 minutos. 
¡Muchas gracias de antemano por tu ayuda! 
https://websurvey.kuleuven.be/index.php?sid=15915&lang=es

Si alguno/a está interesado/a en participar en este tipo de estudios tanto mediante cuestionarios anónimos como realizando entrevistas personales para contribuir con ello a profundizar en este tema que nos toca a todos, por favor, no dudéis en comentarlo aquí y os facilitaremos todo lo necesario. Actualmente el grupo REVA también necesita de vuestra colaboración.

Gracias infinitas!!!

viernes, 26 de octubre de 2012

Represion sexual y sus consecuencias

Aquí os paso este interesante artículo sobre las consecuencias que puede tener la represión sexual tanto en los heterosexuales, los homosexuales y los bisexuales como en nosotros los asexuales. Gracias a Mademoiselle Grimoire, seguidora de este blog, por recomendármelo.
La raíz de muchos de los males que aquejan la sociedad contemporanea es la negación de la sexualidad natural. Cuando esa sexualidad natural es reprimida, negada o vilificada, los deseos e impulsos naturales del individuo quedan atrapados en una zona intermedia del subconciente, rebotando de un lado a otro, afectando adversamente la formación del carácter creando tensión, alimentando fantasías, degenerándose poco a poco hasta qué, cuando finalmente emergen al exterior, emergen como impulsos degenerados, destructivos, en búsqueda de una reivindicación, de una libertad, de una salvación enfermiza y degenerada. En la mayoría de los casos la identidad personal se desarrollará en base a la sexualidad natural. En estos casos la capa de represión intermedia es percibida como una fuente de maldad, de "pecado", de concupiscencia de inestabilidad emocional y depravación moral dentro de uno mismo. En casos específicos, sin embargo, la represión sexual consigue neutralizar y ocultar la sexualidad natural al punto de que los impulsos sexuales naturales no llegan a la plena conciencia, sino que son reprimidos y transformados por la barrera intermedia en lo opuesto de lo que eran. De ahí surgen identidades sexuales secundarias y opuestas a la identidad sexual natural del individuo.
 La inmensa mayoría de las personas son por naturaleza heterosexuales. Pero también hay personas que son por naturaleza homosexuales, bisexuales y asexuales. Cuando los impulsos sexuales de estas personas son reprimidos totalmente esto causa el surgimiento de una identidad contraria a la naturaleza sexual original del individuo.
 Los homosexuales naturales que han desarrollado una identidad heterosexual secundaria y enfermiza se distinguen por proyectar una imagen de super machos, siempre haciendo ejercicios para verse más que varoniles. Casi enamorados de si mismos. El Don Juan. El casanova. El hombre de todas las mujeres. El nene de las nenas. El super macho que, contradictoriamente, disfruta más la "amistad" de sus amigos que el amor de su mujer. Que ve la mujer como un objeto sexual con quien liberar momentáneamente una tensión sexual, pero maá allá de eso: La mujer le apesta y su dignidad le importa un carajo. Disfruta atacarlas, denigrarlas y humillarlas. Amante del bochinche y del ataque personalista. Siempre quejándose de, condenando y atacando a todo el mundo. Más sensible que un testículo cuando le dan un cantasito, pero más agresivo que un perro rabioso, cuando quieren meterse en la vida de los demás. Se cree el centro del universo, con Dios apoyándolo desde arriba y el diablo sumiso bajo sus pies.
 En el caso del heterosexual cuya sexualidad natural ha sido negada; aquí tenemos el caso típico del niño que fue abusado y sometido por un enfermo sexual y que de adulto se ve y se siente obligado a actuar y pensar como "pato". Se ve y se autodefine como homosexual y hasta puede practicar el sexo homosexual por compulsión pero internamente odia dicha práctica y anhela que algo o alguien lo libre de su maldad y de su pecado. Estos son los homosexuales que eventualmente escapan de ese "mal" y encuentran su "salvación" y su "liberación" en algún tratamiento médico o fe religiosa. En su caso particular el homosexualismo que experimentaban ciertamente era "pecaminoso", "corrompido", y "abominable". Hicieron bien en dejarlo atrás Pero que no generalicen No todos los homosexuales son como ellos. La inmensa mayoría son homosexuales naturales para quienes su conducta romántica, afectiva y sexual es completamente natural.
 El bisexual es más flexible. Puede adaptarse más fácilmente a cualesquiera situación que se le presente. Pero ante la represión sexual, esa misma flexibilidad, esa misma capacidad de adaptación lo llevará a evitar asumir posiciones firmes. Los impulsos naturales que surgen de su núcleo emocional al pasar por la capa intermedia del carácter serán modificadas, redirigidas, permitidas o negadas, no en base a la estructura natural del carácter sino en base a la conveniencia del momento. Ambivalencia, infidelidad, incapacidad para fijar un curso de acción, estos son los efectos negativos que la represión sexual tiene sobre las personas asexuales.
 El asexual también es afectado por la represión sexual pero no en forma directa. Sus impulsos sexuales o no son grandes o no son una prioridad formativa de su vida y su conducta. Sus relaciones afectivas se basan en otras formas de atracción e interacción que la sociedad no percibe como dañinas o peligrosas. El aspecto fisiológico de la sexualidad no es para el asexual una fuerza dominante que lo obliga a actuar de esta o aquella forma, sino una característica del cuerpo físico que estudia, evalúa y busca controlar con un cierto espíritu de curiosidad e interés intelectual.
 Esta actitud lo inmuniza contra los efectos psicológicos de la represión sexual, pero no así contra la incomprensión y las falsas expectativas de la sociedad.
 Cada grupo sexual tiene sus características y sus expectativas en cuanto a la conducta de los demás. Cada grupo y cada individuo tiende a fijarse una forma de conducta, un modelo o norma de como se debe actuar basado en la experiencia propia.
 La persona promedio tiende a pensar que la naturaleza humana es la misma para todos. La de los demás es igual a la mía por tanto, lo que no es natural para mi, también tiene que ser natural para los demás. Esta forma de pensar es casi universal entre los heterosexual dado que estadisticamente los heterosexuales componen la gran mayoría de un 90 a un 99 por ciento de la sociedad. Pero una situación similar se da entre algunos homosexuales que piensan que todos somos "homosexuales potenciales", la única diferencia siendo que unos lo aceptan y otros no. Algo similar piensan los bisexuales. Para ellos todos somos bisexuales. Observese sin embargo, que en cada una de las cuatro orientaciones fundamentales: heterosexual, bisexual, homosexual y asexual; la persona puede desarrollarse aceptando su naturaleza sexual y desarrollándola en forma responsable y afirmativa, o puede, por el contrario, desarrollarse negando su propia naturaleza sexual y asumiendo como propia la naturaleza opuesta. De esta forma el heterosexual desarrolla una identidad homosexual que va en contra de sus verdaderos impulsos naturales y el homosexual desarrolla una identidad heterosexual que va en contra de sus verdaderos impulsos naturales. El bisexual, por su parte, niega su bisexualidad, y termina desarrollando una sexualidad descontrolada y corrompida que continuamente trata de reprimir; mientras que el asexual se esfuerza por mostrar interés por el sexo, casarse formar un hogar, etc. etc., aun cuando sus verdaderos intereses vitales están en otros temas y otros asuntos.
Vemos por tanto que el "homosexualismo secundario" al igual que el "heterosexualismo secundario" son trastornos psicológicos que tienen cura. No así el heterosexualismo y el homosexualismo natural que son, en si mismos, condiciones naturales. No todos los heterosexuales son "patos en potencia", como alegan algunos homosexuales, ni todos los homosexuales son "pervertidos o endemoniados" que necesitan liberación. Lo importante es que cada persona se busque y se encuentre a si mismo, a su verdadera naturaleza sexual-afectiva, y estructure su identidad en base a la misma.
 En esta búsqueda el grupo social cuya existencia no ha sido ampliamente reconocida son los asexuales. Una persona asexual es una persona que desarrolla relaciones afectivas no en base al la atracción romántico sexual sino en base a la amistad. Aunque pueden sentir impulsos sexuales de variada magnitud, sus relaciones afectivas no se desarrollan en base a estos impulsos sino en base a la amistad, la lealtad, el patriotismo, etc. etc. Por tanto, más que una bendición, perciben sus impulsos sexuales como algo que los obstaculiza o limita en su función social.
 Los asexuales son la minoría "afectiva" más pequeña, la que menos se interesa en temas sexuales, y la que menos defiende y reclama su espacio social. En este caso aun no se ha desarrollado una conciencia grupal y en lugar de identificar y rodearse de personas afines a si mismo, el asexual tiende a relacionarse con todo el mundo, sin tomar conciencia de que los demás lo perciben como un ser distinto, diferente, que no responde a los prejuicios, traumas y limitaciones sociales de tipo sexual, que caracterizan a casi todo el mundo, unos de una forma y otros de otra.
 El homosexual cuando entran en contacto con un asexual, inicialmente piensan que está tratando con otro homosexual. Al ver una persona que no lo rechaza, que no lo estigmatiza, que no lo ataca, la reacción inicial es pensar que "ese es uno de los nuestros." Con el tiempo se da cuenta que no es así. Si en la relación había desarrollado sentimientos romántico-sexuales, entonces será muy difícil que la misma pueda continuar. El despecho, la vergüenza la desilusión posiblemente destruyan la relación. Aun en casos óptimos la toma de conciencia, por parte de ambos, de sus diferencias fundamentales, los llevara a tomar caminos distintos. Si lo que se había desarrollado era una amistad, la relación pudiera continuar, aunque no tan cercana o estrecha como era antes.
 La reacción de la comunidad heterosexual es distinta. Los demás grupos sexuales son minoría y reciben a todo aquel que los apoya. La comunidad heterosexual es mayoría no se siente perseguida y piensa que lo normal es que todo el mundo sea heterosexual. Por tanto, los esfuerzos del asexual por convivir armoniosamente con la comunidad heterosexual no son ni apreciados ni entendidos. Por el contrario, en lugar de apreciar sus esfuerzos, lo que hacen es exigirle que asuma todas las actitudes, complejos y temores de la comunidad heterosexual. Y si no lo hace, pues entonces lo clasifican como homosexual, punto se acabó.
 Al asexual, por tanto, la represión sexual lo afecta y limita no en su desarrollo interno, sino en sus relaciones sociales, en la forma en que otras personas lo perciben, prejuzgan y condenan.
Así pues, la a represión sexual nos afecta a todos, no importa cual sea la orientación sexual natural de cada cual. Su efecto, en la mayoría de los casos, consiste en crear un área intermedia en el carácter de la persona que altera los impulsos sexuales naturales y positivos que emergen del núcleo psicológico y emocional del individuo y los transforma en impulsos secundarios, dañinos y corrompidos. Cuando la represión sexual es extrema, los impulsos originales son tan reprimidos que no llegan al nivel de la conciencia sino que son transformados en impulsos opuestos a si mismos, generando así una identidad sexual opuesta a los impulsos sexuales originales. Los más afectados por esto son los homosexuales cuya sexualidad es prohibida, perseguida y criminalizada por la mayoría heterosexual. Como resultado muchos homosexuales desarrollan identidades heterosexuales falsas, enfermizas y corrompidas mediante las cuales se hacen un gran daño tanto a si mismos como a toda la sociedad.
 Los asexuales aunque son los menos afectados en su formación psicológica, son los más afectados en términos sociales. Tanto a heterosexuales como a homosexuales se les hace difícil entender y aceptar al asexual. A los homosexuales se les hace difícil aceptar que el asexual no es igual a ellos. El heterosexual, por su parte, en lugar de tratar de entenderlos lo que hacen es condenarlos y descartarlos, tratando de definirlos como homosexuales. Y dado que, hasta hace poco tiempo, los asexuales mismos no habían tomado conciencia colectiva de su realidad asexual, son muy pocos los grupos de apoyo y los organismos sociales que buscan llenar sus necesidades afectivas y sociales.
 Podemos concluir que el gran mal social que nos aqueja a todos es la represión de la sexualidad natural. Solucionar este problema envuelve reconocerlo en su manifestación actual, con todos sus síntomas y sus causas fundamentales. Debemos buscarle alivios a los síntomas para mitigar el daño que estos causan de día a día y para evitar que surjan situaciones explosivas que pongan en peligro tanto al individuo como a la sociedad. No podemos, sin embargo, olvidar que la raiz del problema no está en los síntomas sino en su causa fundamental: la represión de la sexualidad natural.
 Para evitar esa represión es imprescindible reconocer que la orientación sexual natural del ser humano tiene distintas vertientes. Todas ellas son validas. Lo importante es que se reconozcan estas vertientes y se le provea a cada niño el ambiente social de respeto en donde se pueda desarrollar plenamente en base a su propia naturaleza sexual. Si esa naturaleza es heterosexual, pues que se desarrolle como heterosexual. Si es homosexual, pues que se desarrolle como homosexual. Si es bisexual, pues que se desarrolle como bisexual. Si es asexual, pues que se desarrolle como asexual. Lo importante es reconocerle y proveerle ese espacio de soberania personal a cada individuo, desde el nacimiento hasta la muerte, donde se pueda desarrollar plenamente en base a su propia naturaleza y sus propias determinaciones.
 Garantizarle esa libertad real, esa soberania personal a cada ser humano a lo largo y ancho de toda su vida: ese es el gran reto.

martes, 16 de octubre de 2012

Entrevista con Johanna

Vaya mi más sincero agradecimiento para una de las mujeres que más está haciendo por la visibilidad de la condición asexual Johanna Villamil, seguidora de este blog y abanderada de nuestro movimiento desde Bogotá.
Tras haber escuchado la entrevista que protagonizó para un programa de radio y que os invito a ver en esta publicación, no tengo la menor duda sobre la importancia de gestos como este. Los años pasan pero la asexualidad sigue siendo un gran desconocido para el mundo y esto supone un serio problema para cada uno de nosotros y nosotras puesto que debemos seguir ocultando nuestra verdad como si de un delito o enfermedad vergonzosa se tratase.
Por esta razón y con sumo gusto, os insto a visionar los vídeos de la entrevista radiofónica que tan fabulosamente a defendido Johanna.
Por favor, no perdáis detalle!!

miércoles, 12 de septiembre de 2012

AVISO DE INTERÉS

Hola a todos y todas! Gracias por seguir ahí durante tanto tiempo. Es un honor contar con gente como vosotros y vosotras para enriquecer este humilde blog que solo aspira a ser un pequeño tablón informativo y ayudar así a despejar las dudas que a todos nos agobian cuando se trata de temas tan íntimos como este.
Con esta finalidad nació también la novela que aquí se anuncia y que ahora también podéis encontrar en Colombia, México y Argentina.

Para acceder a ella desde Colombia podéis usar este enlace:
http://www.bubok.co/libros/210897/Diario-de-una-asexual
Para acceder desde Argentina:
http://www.bubok.com.ar/libros/193407/Diario-de-una-asexual
Y para México:
http://www.bubok.com.mx/libros/193027/Diario-de-una-asexual

Espero la disfrutéis mucho y que cumpla su cometido de llevar la asexualidad al conocimiento público para dejar de sentirnos aislados e incomprendidos.
Un abrazo.

martes, 11 de septiembre de 2012

Los asexuales: la cuarta orientación sexual

Por: The Independent | Martes, 21/08/2012 12:13 AM 21 de Agosto.- 



En charlas de patios de recreo, callejeras, en revistas, periódicos y la televisión, en los correos electrónicos no deseados en nuestras bandejas de entrada, el sexo es una divisa común. Sin embargo, una pequeña y a menudo mal entendida minoría de la población es casi totalmente ignorada, los que no sienten absolutamente ninguna atracción sexual hacia otras personas.

Un libro que será publicado en el Reino Unido el próximo mes dice que esos hombres y mujeres, se estima que el 1 por ciento de la población, deben ser reconocidos como una cuarta orientación sexual: asexuales.

El libro del profesor Anthony Bogaert, "Entendiendo la asexualidad", sostiene que un número cada vez mayor de personas se considera asexual. Él cree que los asexuales son "una población poco estudiada" que puede sentirse excluida de nuestra "cultura muy sexualizada". Dice que nuestra sociedad "debe poner sus expectativas en ambos la gente sexual y la asexual, pero en particular en la gente asexual".

Josué Hatton, de 23 años, estudiante de idiomas de Birmingham, está de acuerdo. "Hace tres años, me encontré con la asexualidad, eso lo explicó todo, ya no tenía que mentir a mí mismo. Se supone que los jóvenes tengan algún tipo de sexo casual, eso lo piensa todo el mundo. Ahora me siento más cómodo...." Bogaert, profesor asociado en la Universidad Brock, en Canadá, define la asexualidad como una total falta de atracción sexual. "Hay dos formas: las personas que tienen algún nivel de deseo sexual, pero no dirigen ese impulso hacia los demás (se masturban), y otras personas que no tienen deseo sexual en absoluto".

La primera conferencia no-académica para abordar la asexualidad se llevó a cabo en la Universidad de Southbank, Londres, el mes pasado. Michael Doré, organizador de la conferencia World Pride (Orgullo Mundial), dijo: "Queremos que se reconozca la asexualidad como una orientación sexual válida, en lugar de un trastorno o algo que la gente tiene que ocultar".

El término asexual se hizo popular en 2001, cuando David Jay lanzó el sitio web "Visibilidad Asexualidad y Red de Educación". o Aven. En la actualidad tiene más de 50.000 miembros en todo el mundo.

La comunidad asexual se compone de personas que se definen como hetero-románticas, lo que significa que tienen sentimientos románticos hacia el sexo opuesto, aunque no deseo sexual, homo-románticas, que sienten afecto por el mismo sexo, y bi-románticas.  Traducción: Aporrea.org
http://www.aporrea.org/actualidad/n212475.html

lunes, 6 de agosto de 2012

El sexo del individuo y a quién desea suele determinar su inclinación sexual

EVA ROY*
Ahí va una pregunta a bocajarro: ¿nacemos heterosexuales, gays, lesbianas, bisexuales, transexuales, asexuales... o eso es algo que se puede eligir? No estoy de broma y no me insulten aún. Aquí acabo de plantear un problemón de aúpa. Movidos por las conveniencias, por la cultura, las creencias religiosas imperantes y por el peso de la legislación, se discrimina a personas, se las maltrata, estigmatiza, encarcela y ajusticia, acusándolas de algo tan grave como amar a alguien y no querer o no poder ocultarlo. Por pura supervivencia, por comodidad, practicidad o cobardía, otras, en evitación de los problemas que su sexualidad puede acarrearles, optan por mimetizarse con las acelgas: se autocondenan a la asexualidad u optan por vivir sus relaciones en el mayor de los secretos, recurriendo a escaramuzas lamentables y al engaño para que no trascienda esa parte fundamental de su personalidad.

Porque no pasa nada si se trata de heteros, pero si hablamos de otras realidades, la cosa cambia. Y todos ustedes saben que eso no solo sucede allende los mares en repúblicas bananeras ni en regímenes tercermundistas y dictatoriales. Sucede aquí. Tras la legalización de las parejas de hecho, primero, y después del matrimonio homosexual, la discriminación se produce en menor grado, pero, aunque resulta políticamente incorrecta por carecer de refrendo legal, se da.
La orientación sexual se determina habitualmente en función del sexo del sujeto y de a quién desea: homosexual describe a personas que se sienten atraídas por otras del mismo sexo, las lesbianas y los gays; heterosexual, hacia el sexo opuesto; bisexual, hacia ambos sexos; asexual, falta de orientación sexual, y pansexual, atracción por cualquier cosa o persona o rasgo de ella, concepto incorporado por Freud, padre del psicoanálisis y autor de frases tipo: "La sexualidad humana es perversa y polimorfa".
La pansexualidad freudiana describe la atracción sexual hacia cualquier cosa, implica amor o atracción por la persona, con independencia de su sexo y género (trasciende y supera el concepto bisexual). El sentimiento surge por detalles y valores que no se ciñen estrictamente a la genitalidad, no clasifica a las personas en función de su sexo ni de su género, y que tiene una capacidad potencial de sentirse atraído por cualquiera.
Cabría distinguir dos conceptos, el de orientación sexual y el de preferencia sexual, porque suelen provocar la polémica más acérrima. Si hablamos de condición, de tendencia o de orientación sexual, estamos ante algo que no podemos elegir. Si el objeto de nuestros deseos nos viene marcado por la genética, sentiremos placer, atracción y amor por personas del sexo que sea sin poder remediarlo, y eso sucederá sí o sí, por inconveniente que resulte...
Entonces, parece injusto que haya casos de personas apedreadas, quemadas en la hoguera, encarceladas, perseguidas y demás por una circunstancia tan accidental e innata como ser miope, daltónico, delgado, rubio, alto o pecoso. Pero me pregunto: ¿ha de cambiar el enfoque si se puede elegir? Es decir, si podemos hablar de preferencia y nos situamos ante una decisión que afecta al ejercicio de la libertad individual aplicada al terreno sexual.
Hay quienes desde instancias de poder imponen un modelo homologado de pareja y de familia y marcan hasta las posturas que uno debe hacer en la cama para no perder el pase al cielo y preservar el decoro... Estos grupos, quizá amenazados o incómodos ante la posibilidad de que haya desobedientes que se lo pasen bien de modo distinto y no como "Dios manda" y que se emparejan sin esperar ni remotamente la procreación con la persona elegida, se desgañitan tachando de "viciosas", "amorales", "pervertidas" dichas conductas, y amenazando con el fuego eterno y con la cárcel (dependiendo de dónde se esté) a quienes las practiquen, aunque sean mayores de edad que libremente consienten y no molesten a nadie con ello. Si el ser humano pudiera a voluntad cambiar los designios de sus deseos, la prostitución sería un oficio tan fácil que se extinguiría (porque no sería un esfuerzo practicar sexo con alguien que ya no nos repugnaría, y entonces, ¿para qué pagar?).
Creo también que, a veces, saber si uno es hetero, gay o bi se resuelve de golpe, respondiendo sinceramente a la pregunta del millón: ¿te gustaría meterte eso en la boca? (siendo eso pene o vagina, táchese lo que no proceda). Creo que falta tolerancia; que, si la orientación sexual fuera algo que se elige, pocas personas, tirando a ninguna, se dejarían matar o encarcelar por ejercer su sexualidad conforme la sienten, como también demando respeto si se trata de una forma caprichosa y lúdica de vivir la sexualidad adulta.


*Licenciada en Derecho y Empresa y experta en violencia de género, colabora con varios medios y ha publicado 'Mi lado más hardcore', 'Verdad y mentiras en el sexo' y 'Sexo, amor y cirugía'.

http://www.elperiodico.com/es/noticias/mas-que-sexo/sexo-del-individuo-quien-desea-suele-determinar-homo-hetero-bisexual-asexual-pansexual-2152181

martes, 31 de julio de 2012

El cuento de nunca acabar



En un mundo cargado de estímulos sexuales, un grupo cada vez más amplio se define por la antítesis. Con bandera e iconos propios, sus representantes nos cuentan qué hacen cuando se quedan sin yerba.

Yo podría haber sido salvaje, podría haber sido libre. Pero la naturaleza hizo sus trucos en mí”. En primera persona, la letra de Pretty Girls Make Graves (The Smiths) en la voz de Morrissey es mucho más que una confesión de partes: es un manifiesto. Y, como tal, tomado y retomado en foros sobre el tema del que podría estar hablando: la asexualidad. Entonces, ¿no al sexo? O mejor: ¿de qué hablamos (nosotros y Morrissey) cuando hablamos de no coger? En un mundo re-cargado de sexo & genitalidad al palo (y estímulos ad hoc ), un grupo numeroso se alza en contra y da vuelta la frase sobre tomar mate: si no hay yerba, no hacemos nada. ¿Qué es la asexualidad? Después de la heterosexualidad, la homosexualidad y la bisexualidad…el cuarto sexo. Nada que ver con el celibato o la virginidad (de Britney a Wanda Nara), que parecía un boom en el cambio de siglo aunque estaba fogueda por la dirigencia Bush. El celibato es una decisión, la asexualidad no es una opción. “Se es”, definen cual emblema existencial- filosófico.
Según datos difundidos por la Red para la Educación y Visibilidad de la Asexualidad (AVEN), un uno por ciento de la población es asexuado. Fácil: entre cien personas que se reúnan para loquesea (en la facu, trabajo, boliche), una carece de deseo sexual y decide no tener relaciones en su vida. Uno de ellos, o vos.
Y las cifras siguen: 57 por ciento son mujeres, 74 por ciento son universitarios, 47 por ciento se denominan heterrománticos, 19 por ciento son arrománticos. Esto último lo explica Hebe Lulii Cattáneo, una platense de 19 años que cursa la carrera de Derecho y se unió a AVEN porque sintió que “había encontrado mi lugar”. “Dentro de los asexuales y, según la atracción emocional o no, pueden diferenciarse los románticos y los arrománticos. Los primeros son los que sienten atracción amorosa (no sexual) hacia otro, pueden ser heterorrománticos, homorrománticos o birrománticos. En cambio, los arrománticos no sienten atracción amorosa. Igual pueden formar parejas y familias, basándose en el interés y cariño mutuo”.
Lulii cuenta: “Durante toda mi vida sentí indiferencia hacia el sexo, nunca me pareció algo divertido como a otras personas. Googleando, encontré la red AVEN y leí cientos de historias de otras personas a las que les pasaba lo mismo que a mí. Entendí que no estaba equivocada, que era asexual. Y les conté a mis amigos porque necesitaba expresar la felicidad que el descubriendo me había causado”. ¿Una nueva manera de salir del clóset? Y con lema propio, que comparten en comunidad: “En broma nos decimos: ¿para qué tener sexo si podemos disfrutar de una buena porción de pastel”. Torta (sin segundas lecturas), “especialmente de chocolate”.
“El hecho de que actualmente un 60 por ciento de la comunidad de Estados Unidos y de Hispanoamérica (alrededor de 19 mil jóvenes) son menores de 25 años evidencia que necesitamos hablar sobre las relaciones humanas y la sexualidad en otros términos”, dice desde Colombia Johanna Villamil, de 26 años. Ella agrega que basa su “ser asexuada” en la experiencia. “Yo empecé a tener relaciones sexuales al igual que muchas personas, como gran acontecimiento de la adolescencia. Y, aunque siempre he tenido encuentros sexuales agradables, durante aquella época estas situaciones estaban rodeadas de un ‘sin sentido’. Rápidamente, me di cuenta de que no era fácil hacer lo que para todos era algo natural o intuitivo”.
¡Fucking sex! Los integrantes de la comunidad sueñan con un tipo de persona y un tipo de amor. Como Carla de Renzo, de 20 años y origen porteño: “Sólo quiero pureza y ternura. Tuve una crisis de identidad hace tres años. No entendía qué me pasaba. Me asqueaba escuchar que todos hablaban de los que se apretaron o con quienes se acostaron. Así empecé a poner en google porque no aguantaba más. Y lo encontré. Desde entonces, digo con todo mi orgullo: soy asexual”. Y agrega que puede haber una media naranja: “Es genial encontrar varones asexuales. Personas adultas. Decís: ‘wow, un hombre sin interés sexual…¡lo quiero ya!’ Lo que la gente confunde es sexo con amor”.
Lulii se explaya: “Las necesidades emocionales dependen de cada persona. Hay asexuales que están más felices solos y otros que prefieren formar una familia o una pareja estable”. Pero, más allá del no contacto sexual en este caso, hay una diferencia entre amigos y pareja: “En pareja, uno tiene intimidad. Lo que ocurre es que, en la mayoría de los casos, la gente entiende por intimidad todo aquello abarcado por el sexo. Y la realidad es que es sólo un aspecto”. Sin reglas en las emociones, Johanna también habla de que lo natural es no seguir “instrucciones”: “Tengo una relación VIP con un chico hace 6 años. Es la prueba de que la felicidad se puede construir afuera de las sábanas”.
http://www.si.clarin.com/cuento-acabar_0_727727230.html

lunes, 23 de julio de 2012

Paralelismos entre asexualidad y homosexualidad


Aunque son dos cuestiones que no tienen nada que ver, a priori, ambas comunidades sufren discriminaciones parecidas.

jueves, 5 de julio de 2012

Los asexuales reivindican el vivir sin sexo y piden no ser discriminados


Se trata de hombres y mujeres que no sienten deseo de llegar a la cama con otros. Dicen que lo suyo no es un trastorno sino una forma de ser. Qué opinan los psiquiatras.

Por Florencia Ballarino
16/06/12 
Como ángeles terrenales, dicen que quieren y pueden vivir sin sexo. Defienden que lo suyo no es un trastorno mental sino una forma de ser. No se definen como heterosexuales, homosexuales ni bisexuales, sino que bregan por el reconocimiento de una nueva orientación sexual: la asexualidad, es decir que son personas que no sienten atracción sexual por otros individuos.
El movimiento nació hace más de una década en los EE.UU., y cada vez gana más adeptos en el mundo. Desde hace dos años tiene su propia versión en español: la Red para la Educación y la Visibilidad de la Asexualidad (AVEN, por sus siglas en inglés), una plataforma virtual con más de dos mil integrantes.
En la Argentina existe el grupo de Facebook “Yo también soy asexual”, que conforman unas setenta personas dispuestas a “salir del clóset”. Como Sabrina Canessa, de 24 años, que diferencia la asexualidad del celibato. “Célibe es quien siente deseo sexual pero por decisión propia se abstiene de actuar para satisfacerlo. En cambio, un asexual no siente atracción sexual, no hay opción de resistirse a la necesidad porque la necesidad sencillamente no está”. Según ella, la asexualidad no es el resultado de haber sufrido un trauma o tener un trastorno psicológico. “La mayoría no tiene historias trágicas para excusar lo que somos; simplemente nunca nos hemos sentido atraídos a otros de una manera sexual”, dijo.
Uno de los pocos estudios científicos sobre el tema, del psicólogo Anthony Bogaert –de la Universidad de Brock, Canadá–, halló que la falta de atracción por otra persona alcanzaba al 1% de una muestra de 18 mil adultos (ver recuadro).
Sin deseo. “Desde la medicina se habla de deseo sexual hipoactivo. Pero tienen que existir causas para que haya una disminución del deseo, como trastornos de la personalidad, la toma de antidepresivos o disfunciones en la pareja”, explicó Walter Ghedín, médico psiquiatra y sexólogo. “Sin embargo, estos grupos no consideran la asexualidad un trastorno sino una forma de ser. Esta opción no implica no tener alguna conducta sexual, por ejemplo, masturbarse; tiene que ver con la falta de deseo de estar con otra persona”, dijo.
Ahora bien, ¿se puede vivir sin sexo? Para la sexóloga clínica Isabel Boschi, algunas personas pueden vivir sin relaciones sexuales, pero es imposible vivir sin sexo si se lo entiende como sexualidad. “Podemos no actuar la sexualidad con la que nacimos desde un rol social atribuido, pero no podemos dejar de tener genitales, aunque no los usemos. Tampoco podemos negar a las hormonas y el deseo corporal y psicológico que ellas determinan. Sólo podemos dejar de realizar acciones sexuales con nuestro propio cuerpo o el de los otros. Es muy difícil dejar de sentir alguna sensación de placer o displacer producida por nuestras funciones vitales”, detalló.
Los especialistas consideran que, aunque algo controvertido, el movimiento asexual es interesante de analizar ya que se inscribe en una sociedad en la que hay una oferta de sexo cada vez mayor. “La sociedad está sexualizada desde un erotismo mercantilizado, no desde el placer de las cosas sencillas, como una caricia o una buena conversación. Creo que en este sentido es positivo este movimiento, pero está mal usado el término ‘sexualidad’. Lo que ellos plantean es la no genitalidad compartida, porque la sexualidad en sí está en todo el ser humano, desparramada en nuestra creatividad, en las relaciones humanas”, manifestó Boschi.
El movimiento asexual quiere hacerse oír: reclama que la sociedad reconozca sus derechos y que no se los incluya en el nuevo Manual de Diagnóstico y Tratamiento de los Trastornos Mentales (DSM-V), de la Asociación Americana de Psiquiatría. Para debatir este tema, los activistas harán su propio encuentro científico: la Conferencia Mundial por el Orgullo Asexual, que se llevará acabo el 8 de julio en la Universidad de South Bank, Inglaterra.
 http://www.perfil.com/ediciones/2012/6/edicion_685/contenidos/noticia_0059.html

jueves, 14 de junio de 2012

Señas de Identidad


Si te animas a ser visiblemente diferente, si quieres algo discreto pero que marque esa diferencia, si te apetece tener algo tan especial como tú y único,te informo que en este mismo blog disponemos de una tienda on-line donde es posible encargar cualquier cosa que imagines relacionada con la asexualidad.
Con total discreción, puedes encargar una taza con nuestra bandera, o un bolso con sus colores ,una funda para el móvil con el símbolo de la asexualidad, o con su fórmula secreta...
En Genuino y Original puedes encontrar, además, separa-páginas, llaveros, alfombrillas de ratón...DE TODO, listo para tunear a tu manera.

En la web de Genuino y Original se muestran algunos de los productos a modo de muestra. Tú los podrás encargar a tu gusto y con el motivo que se te ocurra ,aunque lo hayas dibujado tú a mano.
De tu imaginación a tu casa.

Ahora ya lo sabes, si quieres distinguirte, hazlo como quieras!!! Aquí lo tienes todo.
Saludos

martes, 12 de junio de 2012

Reportaje en El Mundo. Salud


¿Quién dice que no se puede vivir sin sexo?

  • Johanna Villamil es asexual, como entre el 1% y el 5% de la población
  • Es miembro de la comunidad virtual Asexual Visibility and Education Network
  • Prentenden ganar visibilidad y el reconocimiento de su orientación sexual
Son 'ángeles terrenales' y despiertan cada día sin pasar una sola noche de sexo. Al universo de heteros, bisexuales, gais y lesbianas se debería sumar una orientación sexual más que está 'saliendo del armario' y ganando cada vez más adeptos en todo el mundo: los que quieren y pueden vivir sin sexo.
Como Johanna Villamil, colombiana de 26 años. Trabaja como artista y gestora cultural. "Pienso que las opciones a la hora de relacionarnos son muy limitadas, sólo puedes ser amigo o tener una relación romántica. Además, si quieres una relación seria, importante y estable debes tener relaciones sexuales".
Este tipo de pensamiento afloró a sus 20 años, "cuando estaba leyendo el libro 'La filosofía de Andy Warhol' para una clase de arte. Me sentí identificada con las reflexiones que hacía sobre el sexo y el amor; me di cuenta de que había alguien que pensaba y sentía lo mismo que yo y esto me impulsó a buscar más personas. Así fue como llegué a la asexualidad", señala.
Entre el 1% y el 5% de la población no practica el sexo. No están enfermos, ni detrás de su opción sexual hay motivos morales o religiosos. Simplemente, se definen como asexuales y sostienen que no sienten ninguna atracción sexual por otros individuos.
Defienden también que son diferentes entre ellos porque algunos sienten atracción romántica y otros no; y porque algunos sienten excitación física y otros no. Quieren hacerse oír, reclaman el reconocimiento de la sociedad de los derechos de la sexualidad en cualquiera de sus vertientes, también la suya, y por eso han creado un sitio en la red: 'Asexual Visibility and Education Network (AVEN)' , una comunidad virtual que se ha extendido por todo el mundo.

Visibilidad

"La web tiene tres objetivos. El primero es tener un lugar de encuentro para nosotros, donde podamos conocer a más personas y crecer como comunidad. El segundo es tener un espacio de educación para nosotros, los que nos rodean y para quienes estén interesados. Y la tercera es la visibilidad de nuestra comunidad hacia la sociedad. Actualmente en la versión hispanoamericana tenemos a 2.000 personas afiliadas y contamos con 300 visitas diarias", reconoce Johanna.
Francisca Molero, directora del Instituto de Sexología de Barcelona y vicepresidenta de la Federación Española de Sociedades de Sexología, reconoce que este movimiento "en una sociedad tan sexualizada es totalmente transgresor. Creo que hay que respetar cualquier elección sexual, pero estas personas han necesitado poner una etiqueta e identificarse como un grupo. Lo que llama la atención es que su condición de asexuales la defiendan como permanente cuando las personas están en constate cambio y evolución. ¿Cómo pueden saber cómo van a sentirse dentro de cinco años?".
Pero Johanna insiste: "Estamos inmersos en una sociedad donde el amor, el sexo y la intimidad son inseparables la una de la otra. Si no tienes sexo es difícil imaginar cómo acceder al amor y, mucho menos, tener intimidad con alguien.  En nuestra comunidad pensamos que la intimidad es un factor importante dentro de una relación, y afortunadamente, hay más vías para generar intimidad aparte del sexo. A la hora de compartir tiempo, espacio y energía en común con una persona, son muchas las actividades que se pueden hacer: comer un helado, bailar, tener una agradable conversación o compartir una cama, son cosas que a todos nos genera satisfacción. En un mundo cada vez más sexualizado, parece ser que el número de personas que disfrutan más de una intimidad no-sexual está aumentando y allí hay un terreno rico a explorar para las personas asexuales".

Identidad

Sin embargo, la doctora Molero reconoce que la sexualidad tiene "muchos matices. Si ha deseo ya hay sexualidad, si hay fantasías o atracción, también hay sexualidad".
La joven colombiana postula que "la asexualidad ha tenido mucho auge los últimos años, y no es algo gratuito. Ahora hay más expectativas con respecto a la manera en que las personas se deben relacionar sexualmente entre sí, los roles de genero, la religión, la familia como núcleo de la sociedad, y los intereses políticos son aspectos de la sociedad que hacen presión sobre los cuerpos y sus sexualidades. Se habla sobre la vida sexual de cada cual como si se tratara de seguir una lista de instrucciones de placer y felicidad, y esto obviamente no funciona así".
Luis Álvarez Munárriz, catedrático de Antropología en la Universidad de Murcia se pregunta en su artículo 'La identidad asexual', publicado en 'Gaceta de Antropología', que "en nuestro modelo de sociedad neoliberal el respeto por cualquier visión de la sexualidad está garantizada y, en consecuencia, la de los asexuales. El problema estriba en saber si es una verdadera y auténtica identidad sexual que tenga que ser reconocida y aceptada por la sociedad, y en caso de serlo qué consecuencias puede tener para nuestras maneras de concebir y vivir la sexualidad".
Existen pocos estudios científicos dedicados a la asexualidad, y algunos de ellos han llegado de la mano del mismo científico: Anthony Bogaert, de la Universidad de Brock (Ontario, Canadá). Como un estudio publicado en 'The Journal of Sex Research' con 18.000 personas que constató que el 1% de los encuestados nunca había sentido atracción sexual por otra persona. En un segundo estudio, publicado en 'Review of General Psychology' aborda la cuestión de la definición y la comprensión de la asexualidad. En él se definen la asexualidad como una falta de atracción sexual. "Los asexuales no son necesariamente célibes o personas no románticas. Algunos trastornos, como el deseo sexual hipoactivo (HSDD, sus siglas en inglés), pueden parecer lo mismo que la asexualidad, pero no lo son. Muchas personas con síntomas crónicos del trastorno (carencia total de deseo) se ajustan a la definición de la asexualidad. Sin embargo, algunas personas asexuales tienen impulsos sexuales y obtienen placer de ellos, pero simplemente no desean incluir a otras personas en sus actividades privadas".
Por tanto, "esto no se ajusta a la definición de HSDD. La mayoría de las personas con el trastorno no lo tiene de por vida, sino que lo desarrolla en algún momento después de haber sido previamente sexual. Además, el trastorno se puede diagnosticar y provoca malestar o dificultades interpersonales, algo que no les sucede a quienes eligen voluntariamente no 'jugar' debajo de las sábanas y son así felices", concluye.

http://www.elmundo.es/elmundosalud/2012/06/11/noticias/1339399830.html

jueves, 7 de junio de 2012

INFORMACIÓN GENERAL

Advertencia ante estafas por Internet 
Os informo, dado que he sido víctima  de una estafa que según parece es bastante frecuente, que NUNCA deis vuestro número de teléfono a cambio de códigos para descargar aplicaciones (antivirus, juegos, películas, música,...) en páginas desconocidas ya que podéis tener una sorpresa muy desagradable en la factura  telefónica en forma de mensajes premium. En mi caso, la web en cuestión era para descarga de películas y se llama "enmisofá". La empresa que figura como remitente de estos mensajes de cobro es Holland Performance Telecom SL o SA, lo mismo da.
En los próximos días revisaré la lista de links que aparece en este blog por si alguno de estos sitios es sospechoso o peligroso y, es posible, que elimine alguno por precaución.

En otro orden de cosas:
 Próximamente saldrán publicados en el diario El Mundo (tanto en formato papel como en la versión digital) sendos reportajes sobre asexualidad en los cuales he colaborado junto con otros miembros de nuestra comunidad. Espero poder ofreceros más información al respecto en breve y también subiré a este blog alguno de estos reportajes para que no os lo perdáis.

Un saludo amistoso.

domingo, 20 de mayo de 2012

Mis panfletos sobre asexualidad y explicaciones

El siguiente artículo pertenece a uno de nosotros, alguien que cuenta sin tapujos su sufrimiento por ser, simple y sencillamente eso, asexual. Es posible que algunos de vosotros ya le conozcáis y os suene lo que vais a leer pero su idea resulta muy interesante y, en mi opinión, no le falta razón. Sea como fuere, he querido incluirlo aquí para beneficio de todos y todas.
Mis saludos.


Este post es de mi autoría (Gerardo G. C.) [User: camaleonslpc]

Harto de que se nos discrimine, de que se nos trate mal, mi paciencia se ha colmado y voy a poner en marcha algo que las comunidades asexuales no hicieron.

En una sociedad hipersexual, donde el sexo es vendido por la televisión, prensa, radio, Internet... donde toda la gente parece repetir todas las mismas frases como una legión, aún hay un poco de luz al fondo, gente que no siente interés por temas sexuales, que deciden usar su fuerza y su voluntad para ayudarse a sí mismos y a los demás.

Mientras que los homosexuales, son cada vez más aceptados, los asexuales, los que no sentimos atracción por ningún sexo, tenemos que aguantar, tenemos que tragar la mierda que nos tira encima la gente, vertiendo sus frustraciones sobre nosotros, como serpientes viles y sin sentimientos.

Por algo tan inocente como no interesarnos por el sexo, tenemos que aguantar discursos que parecen de Fidel Castro, insultos, vejaciones y demás, simplemente por no sentir atracción ni por mujeres ni por hombres.

Algo tan inocente como eso, es por lo que a los asexuales se nos tacha de todo, porque la gente tiene un discurso en la cabeza que quieren repetir a toda costa, tratándonos como ganado, como engendros de la naturaleza, como si les debiéramos algo, y el mayor "delito" que hemos cometido es no sentir atracción por nadie, por la falta de interés en temas sexuales.

Porque al igual que hay gente que le gusta el otro sexo, que le gusta el propio o los 2, hay gente a la que no le gusta ninguno, y eso, hoy en día, es difícil que entre en la cabeza de sociedad.

Yo he sentido miedo muchas veces, me han rechazado muchas veces, me han golpeado muchas veces, me han insultado, vejado, por algo tan insignificante como no interesarse por el sexo.

Hubo momentos de depresión en mi vida, hubo momentos en los que quería morir porque ya no podía soportar tanto dolor, porque la gente ruín no me dejaba en paz por lo que soy. He tenido que esconderme para no llevar palizas, he tenido que huir, y muchas veces pensé que si esto era lo que me esperaba de por vida, mejor estar muerto, pensé en el suicidio, pero mucha gente me apoyó para dejar la depresión que suponía mi condición asexual.

Ahora estoy más vivo que nunca, ahora tengo fuerza de voluntad y no me dejo avasallar por nadie, intento crecer como persona, e intento ayudar a los asexuales para que no les pase lo que a mí, para que lo que me pasó sea lo último que puede ocurrirle a un asexual, que no tenemos que aguantar las frustraciones de la gente ni el desprecio de nadie.

Creí que era el único, pensé que era un engendro como me querían hacer pensar, pero hay más como yo, muchos más como yo, y descubrí AVEN, donde nos reunimos para darnos ánimos, el ánimo de vivir que nos quita la gente, hay muchos que piensan en el suicidio porque les pegan por lo que son, porque les insultan o los desprecian.

Yo me he propuesto que ningún asexual vuelva a recibir daños de ningún tipo, voy a devolver la alegría a la gente asexual, que como yo, tuvieron que aguantar de todo.

Y por ello, pido comprensión por parte de los que lean esto, que no crucen la raya del respeto a la humillación, he creado estos panfletos y estoy hablando con asexuales de AVEN para repartirlos por diversos lugares de educación sexual, en mi opinión, es más fácil instruír a un joven que aún se está formando, sobre lo que es la asexualidad, que intentarlo de golpe con un adulto, que ya tiene su forma de ver la vida y no quiere cambiarla para que no se desmoronen sus estereotipos.
 Podéis leer más aquí:
http://www.taringa.net/posts/ciencia-educacion/14830903/Mis-panfletos-sobre-asexualidad-y-explicaciones.html


domingo, 13 de mayo de 2012

Asexualidad: ¿Trastorno o forma de ser?



El concepto de asexualidad se refiere a la falta o a la disminución de atracción sexual, y la búsqueda de otros recursos para sostener la relación de pareja. Las personas asexuadas consideran que no sufren ningún trastorno (deseo sexual hipoactivo o fobias sexuales). Por el contrario, se sienten saludables y aceptan la disminución del deseo como una de las diferentes formas de identidad sexual.

La mayoría de los sujetos asexuados se sienten así desde que empiezan a tener relaciones. Otros han pasado por un periodo de deseo más alto y luego vuelven a niveles bajos.

Existen asexuados hétero, homo y bisexuales, en todos los casos se estimulan otras áreas para sostener a la pareja: romanticismo, comunicación, afinidades, gustos, trabajo, etc. Sin embargo, se aclara que se pueden autosatisfacer o tener encuentros sexuales, sólo que no son frecuentes ni son una prioridad en la vida personal o en la pareja.

Un motivo de sufrimiento

La asexualidad puede aparecer desde el principio: un sujeto joven (hombre o mujer) se siente diferente al resto por carecer de interés o atracción sexual. Muchos se aíslan y no comparten actividades por temor a ser discriminados por no hablar de sexo, o por no compartir con sus pares experiencias de esa índole. Otros mienten para ser aceptados.

Cuando se enamoran, dejan que el otro se dé cuenta de su bajo nivel de excitación o se exponen a relaciones sexuales para “probarse”. Es muy común que estos adultos jóvenes tengan la esperanza de que en algún momento el deseo se intensifique. Construyen un “ideal” inalcanzable, con el consiguiente sufrimiento o extrañeza de sí mismos por no ser como los demás.

En todos estos casos observamos cómo las pautas de “normatividad” influyen en la vida de los jóvenes e imponen su estatuto de normalidad. Esto es sentirse estimulados, seducir, conquistar y tener relaciones sexuales como consecuencia inevitable.

Descartando causas

Las personas asexuadas no quieren ser consideradas “enfermas” ni catalogadas con diagnósticos médicos (deseo sexual hipoactivo o trastorno por aversión al sexo). También rechazan interpretaciones psicológicas que explican su “problema” como el resultado de las defensas: la represión, sublimación o desplazamiento del deseo hacia otros objetivos.

Los asexuados definen la asexualidad como una de las tantas formas de identidad y son congruentes con su forma de sentir. Defienden las relaciones vinculares basadas en el romanticismo sin tener a lo erótico como objetivo prioritario.

No obstante, muchos problemas que aquejan al deseo son provocados por trastornos médicos (endócrinos, efectos adversos de fármacos, etc.), así como psicológicos (traumas sexuales, parejas conflictivas, violencia, poca estimulación, rutina, etc.). Es fundamental el descarte de estas y otras causas que pueden bajar el deseo.

Reconocerse como asexuados implica asumir esta condición como un aspecto de la identidad en general y aceptar que no es una forma rígida, sino que está sujeta a variaciones según el momento de vida y las relaciones amorosas. Pero el denominador común seguirá siendo un nivel bajo de atracción y la movilización de otros recursos amatorios.


Fuente: http://www.entremujeres.com/pareja-y-sexo/sexo/sexo-pareja-columnista-deseo-sexual-falta-ganas-asexual-sexologo-asexuados_0_694130663.html