domingo, 29 de abril de 2012

La sexualidad desconocida


Existen muchas personas que reconocen, en mayor o menor medida, no estar interesadas en el sexo. Son asexuales. Muchas no lo saben.
La asexualidad es un fenómeno poco reconocido por el gran público y a menudo por las propias personas que lo son. Los pocos estudios que la incluyen sitúan que entre el 3 y el 7% de la población pueda ser asexual, probablemente menos del 1% lo sepa. En un mundo obsesionado con el sexo, los asexuales llevan una vida normal mientras se enfrentan a toda clase de problemas de identidad, desconocimiento, ignorancia y burla.

Características de la asexualidad

La asexualidad sigue siendo muy ignorada y es difícil de definir con exactitud. El mayor grupo de información y reconocimiento de la asexualidad que existe actualmente, el AVEN, fue fundado tan solo en el 2001.
Todas las definiciones al respecto vienen dadas por las experiencias personales de cada individuo que decide identificarse como asexual.
  • El principal rasgo distintivo de la asexualidad, con el que prácticamente todos están de acuerdo, es que la asexualidad consiste en la falta de atracción sexual hacia otro ser humano. Es importante el énfasis en atracción, ya que no es extraordinario que los asexuales tengan sexo de una manera u otra.
  • Probablemente la mayoría de los asexuales tiene fantasías o se masturba (faltan estudios), es a la hora de plantearse la realización de sus fantasías con otra persona cuando el asexual pierde interés.
  • En otras ocasiones, algunos asexuales pueden tener sexo por el simple placer de su práctica o por complacer a su pareja.
  • También hay asexuales que se sienten incómodos con el contacto físico en cualquiera de sus formas, como besos o abrazos.
En cuanto a las preferencias, existen dos grandes grupos: los románticos y los arrománticos.
  • Los románticos son asexuales que pueden sentir atracción romántica/amorosa hacia otra persona, pero no sexual. Es un concepto que a mucha gente le cuesta entender, ya que para la gente sexual, atracción romántica y sexual van unidas, lo cual produce incómodos roces en la mayoría de relaciones de pareja donde uno es asexual y el otro no. Dentro de los románticos pueden ser hetero-, homo-, o birrománticos.
  • Los arrománticos no sienten atracción romántica tampoco, aunque pueden formar parejas y familias, llevados simplemente por el cariño e interés mutuo.
Un pequeño grupo dentro de la asexualidad, en la zona más “gris”, es el que se suele llamar demisexual. Son personas que pueden sentir atracción sexual hacia una persona pero únicamente cuando hay fuertes lazos emocionales de por medio.

Mitos y falsas creencias sobre la asexualidad

  • Ser asexual no tiene nada que ver son el celibato o la castidad, las dos últimas son elecciones, la primera no. En general, los asexuales no tienen una visión relativa al sexo mejor o peor que cualquier otra persona, no es un asunto de moral, es sencillamente su condición sexual.
  • La asexualidad no es un enfermedad ni física ni psicológica. Las personas asexuales pueden llevar vidas normales y felices, sólo las presiones sociales y/o el desconocimiento pueden provocarles sufrimiento.
  • Los asexuales no buscan “ a la persona idónea”. Muchos asexuales han tenido parejas que fueron “idóneas” en su momento, a veces hasta se casan y son felices de por vida, y aún así no han tenido deseo alguno de practicar sexo con ellas.
  • El origen de la asexualidad no son ni maltratos, ni abusos; no existe ningún acontecimiento traumático común en el pasado de los asexuales.
  • El origen de la asexualidad no está claro, se suele creer que la mayoría sencillamente nacen así, aunque en ocasiones varía a lo largo de la vida de una persona. La sexualidad humana es más compleja de lo que a muchos gustaría.

Problemas relacionados con la asexualidad

La asexualidad en sí misma no es un problema para quienes se identifican con ella, pero en una sociedad donde el sexo y la pareja son constantes omnipresentes, se pueden desarrollar conflictos derivados, en ocasiones, muy graves.
  • Personas con problemas físicos o mentales pueden verse mal diagnosticados y recibir tratamientos no adecuados cuando el especialista considera que su “falta de interés sexual” o “baja libido” es parte del problema, existen experiencias de asexuales que pese saber lo que son y reconocérselo, el especialista procede a ignorarles, negando que la “asexualidad” exista. El trastorno que supone además que estos tratamientos no funcionen son un golpe duro para muchos.
  • Los asexuales también pueden desarrollar problemas de auto estima al verse incapaces de empezar o mantener una relación de pareja sin saber la causa. La sociedad actual mide a menudo el valor de un individuo por sus relaciones románticas y características (cantidad, duración, etc.). Ya sea debido a ser arrománticos y carecer por completo de interés en tener pareja, o por los posibles roces e incomodidades que ocurren cuando una parte sexual espera relaciones íntimas y la otra no; los asexuales no tienen precisamente un gran éxito en el campo amoroso (especialmente si no saben que lo son y no pueden explicárselo a su pareja), lo cual repercute en que muchos sufran problemas de auto estima y de identidad sexual.
  • La creencia muy establecida de que un asexual es simplemente alguien que no ha encontrado a “la persona adecuada” deriva en no pocas veces en intentos de “conversión” que incluyen desde acoso hasta directamente todo tipo de abusos sexuales.

Símbolos y señales de identidad

  • El símbolo más conocido en referencia a la asexualidad es el logotipo del AVEN, un triángulo invertido con un gradiente de gris en su interior. Simboliza la sexualidad humana, con la asexualidad en su extremo inferior y el gradiente de gris como lo indefinible que puede resultar.
  • Tan recientemente como Agosto de 2010 se hizo una votación para elegir una bandera que identifique a los asexuales en general, no sólo el grupo AVEN. Se eligió esta bandera, aunque aún es pronto para saber si cala entre la comunidad.
  • En una contracción del término, los asexuales a menudo se refieren entre ellos como “ases”, por lo que no es raro verlos usando los ases de una baraja para identificarse a sí mismos, los románticos tienden a usar el as de corazones para reconocerse.
  • Las referencias a amebas también son frecuentes, dentro de los chistes internos, como los reproductores asexuales originales.
  • Algunos suelen llevar un anillo negro en el anular para identificarse entre ellos en la calle, pero el uso de anillos negros solo por adorno o por otras causas hace que esta tendencia no sea muy popular.
  • En el campo de los chistes internos también, no es raro ver referencias a pasteles y tartas en comunidades asexuales. La idea surgió de la frustración a la insistencia social de que el sexo es transcendental en la vida de una persona, la respuesta de los ases fue algo así como “quien necesita sexo cuando hay tarta".
En resumidas cuentas, un asexual no es un enfermo, porque la asexualidad en sí misma no le hace sufrir; ni es alguien buscando a la pareja idónea. Es alguien que sencillamene no siente la atracción, o el impulso, que las personas sexuales experimentan de forma habitual.


Leer más en Suite101: Asexuales: la sexualidad desconocida | Suite101.net http://ainara-manrique.suite101.net/asexuales-la-sexualidad-desconocida-a29382#ixzz1tR0L5D5a

Vivir sin atracción por ningún sexo

Todo en función de la atracción sexual. Hetero hacia el sexo opuesto, gay hacia el mismo, bi hacia los dos… Pero, ¿qué pasa con aquellas personas que no sienten deseo por nadie? Cumpliendo con la premisa de etiquetar cualquier condición, éstos han recibido el nombre de ‘asexual’, un término aún desconocido, pero que cada vez suena más en nuestra vida cotidiana.


¡Soy asexual!
Es difícil concebir la de una persona sana, cien por cien indiferente al sexo, más en un mundo que promueve el disfrute carnal y donde los orgasmos se concentran en píldoras azules. Pero cada vez va surgiendo con más fuerza un nuevo movimiento sexual que se desmarca de lo tradicional para gritar a los cuatro que ‘se puede ser feliz sin sexo’. Socialmente activos, sexualmente pasivos, disfrutan de la soledad, pero a la vez cultivan la amistad y buscan en ella ese apoyo y comprensión que a veces echan de menos a su alrededor. Les gusta verse como ángeles terrenales, que jamás se han excitado por el contacto de una piel o el sabor de unos besos, y que reclaman su derecho a ser respetados sin que les cuelguen el cartel de ‘bichos raros’. ¿Estamos ante el nacimiento de una revolución asexuada?


Pareja? Sí, por qué no
Prescindir del coito no significa renunciar a la pareja. Sí, los asexuales también se pueden enamorar. Según AVEN, la gente asexual tiene las mismas necesidades emocionales que el resto de los humanos y es capaz de formar relaciones.
Y es que el enamoramiento no tiene por qué conllevar el contacto físico. ¿Por qué renunciar a compartir la vida con alguien, los miedos, los secretos o el ocio, por el simple hecho de carecer de impulso sexual? Se puede demostrar el afecto a través de una buena conversación. Este lazo afectivo hacia la pareja puede resultar para el resto de los mortales sexuados ambiguo, un sentimiento más cercano a la amistad que al amor. Pero el no tener actividad bajo las sábanas no es un concepto nuevo. Matrimonios sin sexo siempre han existido y existirán. Una forma de convivencia diferente, pero en muchos casos muy eficaz.

Asexual: hetero, homo o bisexual Siguiendo un poco la línea de este razonamiento, y rizando más el rizo, si cabe, podemos hablar, incluso, de asexuales heteros, homo o bisexuales. Y es que esta atracción romántica puede estar dirigida hacia uno o ambos géneros, la única condición: no incluir actividad sexual. El problema se plantea cuando la parte contraria no confesa con esta filosofía de vida y descubre que no le es suficiente con la vida contemplativa que les ofrece su compañero asexuado. Ésta es la primera causa de fracaso en este tipo de parejas. Antes de llegar a estos extremos, el ser asexuado debe elegir entre:

- 1. Comprometerse con su pareja a tener un cierto número de relaciones sexuales, muy a su pesar.
- 2. Permitir a su pareja tener relaciones sexuales con otras personas.
- 3. Encontrar a alguien que esté dispuesto a renunciar al sexo.
- 4. Comprometerse sólo con otros asexuales.
- 5. Optar por la soledad.


¿Realidad? ¿Enfermedad? ¿Encubrimiento?
Aunque cada vez más personas están saliendo del armario de la asexualidad, aún no es una orientación reconocida. Pocos son los estudios científicos que avalan esta forma de entender el sexo como ausencia del mismo.

Un estudio británico que analizó 18.000 respuestas de personas que fueron encuestadas sobre su vida sexual, incluía una pregunta acerca de la atracción. Un 1% de los encuestados respondió que “nunca se sentía atraído por ninguna otra persona”, dato que fue analizado por Anthony Bogaert de la Brock University en Santa Catarina, Ontario, (Bogaert, 2004), y que catalogó como signo de “asexualidad”. Por otro lado, el Kinsey Institute realizó un pequeño estudio sobre este asunto y concluyó que: “Los asexuales parecen caracterizarse más por un escaso deseo y excitación sexual que por niveles bajos de comportamiento sexual o niveles altos de represión sexual.” También en el reino animal se han detectado comportamientos asexuales. En un estudio realizado a carneros se demostró que entre un 2% y un 3% de los animales no mostraba ningún interés en acoplarse con miembros de cualquier sexo. Se hizo otro estudio con ratas y jerbos en el cual más de un 12% de los machos no mostraron interés por las hembras, aunque no se midieron sus interacciones con los otros machos, por lo que el estudio resultó muy limitado. Pero esta escasa investigación que existe sobre el tema no evidencia, ni a favor ni en contra, si la asexualidad es otra forma de entender el sexo.

Diferencia de criterios
No existe un consenso a la hora de determinar si la asexualidad es una orientación sexual legítima. Hay quien considera que es la manifestación o, mejor dicho, la no manifestación de un deseo sexual inhibido. Éste ha podido ser provocado por abusos sexuales, represión sexual, fobia social, timidez patológica o por problemas físicos. El fantasma de la homosexualidad también planea sobre los que se definen como asexuales, pero en una sociedad en la que este tipo de opción sexual se ha normalizado, salir del armario ya no se convierte en una situación tan trágica como para esconder su verdadera orientación sexual de por vida. Por otro lado, los expertos consideran que también hay que descartar de este grupo a los que no han practicado sexo en su vida Es difícil renunciar a algo que ni tan si quiera se ha probado. Por lo que ser virgen no es condicionante de la asexualidad. Finalmente, hay quien achaca la asexualidad a no haber conocido a la persona adecuada o, simplemente, no mantener relaciones habitualmente. Es un hecho que el sexo es algo instintivo que, cuanto menos se practica, menos apetece. Pero cada vez son más los especialistas que coinciden en considerar la asexualidad como una opción asumida y no como un trastorno patológico. Por lo tanto, es absurdo pensar en tratamientos mágicos que les devuelvan una libido que nunca existió.

¡Ni locos, ni enfermos, ni homosexuales!
Esta línea es la que siguen muchos de los que se autodefinen como asexuales. Pensar en diagnósticos y tratamientos cuando la asexualidad no produce ninguna angustia ni desorden emocional, no hay problema físico ni psicológico, resulta ciertamente absurdo. Los mismos razonamientos se utilizaron en el pasado para justificar los comportamientos homosexuales y hoy día se ha aceptado de forma natural como una orientación sexual más y tan válida como cualquier otra. Y éste, a buen seguro, será el siguiente paso para la asexualidad.


Celebridades asexuales
Hay serios indicios de que la gente que aparece en la siguiente lista que hemos elaborado son o han sido asexuales. Reales o de ficción, en principio se especuló con su tendencia homosexual o bisexual, pero a raíz del resurgimiento de esta nueva corriente, se les ha comenzado a encasillar bajo esta tendencia sexual.

- Frédéric Chopin: su propia compañera durante diez años, George Sand, así lo afirmaba y se definía también como asexual.
- Salvador Dalí: en su libro Vida Secreta zanjó el tema del sexo con un "aquello no es para mí".
- Sherlock Holmes: personaje de ficción, es el ser asexual por excelencia.
- J. M. Barrie: novelista y dramaturgo francés, famoso por crear el personaje de Peter Pan.
- Henry Cavendish, físico y químico británico, también se dice de él que padecía autismo o una forma extrema de fobia social.
- Adolf Hitler, cuya sexualidad o falta de ella fue discutida en el libro The Hidden Hitler.
- Paul Bowles, escritor norteamericano, autor de El cielo protector. Conoció en 1937 a la británica Jane Sydney Auer, una novelista lesbiana enferma de tuberculosis. Su matrimonio constituyó una sólida y romántica relación asexual, que no supuso obstáculo alguno para que Jane continuara con su búsqueda de nuevas amantes.
- Bárbara Cartland, escritora inglesa de novela romántica, aunque su vida carecía de sexo.
- Isabel I de Inglaterra, “La reina Virgen”, a la que nunca se le pudo atribuir roce sexual alguno. Además… George Washington Carver, Paul Erdős, Glenn Gould, Franz Kafka, Immanuel Kant, Christopher McCandless, Quietus, Ravel, Isaac Newton, John Ruskin, Alberto Santos-Dumont, Erik Satie, George Bernard Shaw, Stephen Somerville, Jim Steinman, Sun Ra, Nikola Tesla, Carlos II de Suecia o Ralph Nader.
http://www.taringa.net/posts/info/855261/La-Asexualidad-_vivir-sin-atraccion-por-ningun-sexo_.html

jueves, 19 de abril de 2012

Sin deseo sexual: Bisexualidad asexual


Por Gloria Mor

Abril 2012

 En la sociedad en la que vivimos se le otorga una gran importancia al sexo. De una u otra forma está presente en todas partes: en nuestras conversaciones, en los anuncios de prensa o televisión, en los reportajes de las revistas e incluso en las bromas o chistes que contamos, y cuando se habla de bisexuales se tiende a pensar que esa importancia es aún mayor.
La definición de bisexual, si nos remitimos al diccionario, es la siguiente: se trata de una orientación sexual que involucra atracción física y/o romántica hacia individuos de ambos sexos. Partiendo de esa definición, y después de tanto escribir sobre bisexualidad, me planteé la siguiente cuestión ¿y si alguno de ellos tan sólo siente atracción romántica y ningún interés sexual hacia las personas de ambos sexos? ¿Podría un bisexual ser asexual? La respuesta es sí.
Aunque a algunos les parezca mentira, existen muchas personas que no sienten atracción sexual hacia otras, es decir, que son asexuales. Pero esta falta de interés por mantener relaciones sexuales con otros no es ningún trastorno, si no una condición sexual.
Hay gente que reconoce no sentir interés ni excitación con una pareja, lo cual no significa que su exaltación sexual no se produzca de alguna otra manera. Algunos tienden a masturbarse en solitario, porque lo consideran un acto íntimo, y otros tienden a desarrollar la imaginación; crean en su mente escenas de fuerte contenido sexual que les estimulan, pero que no tienen ningún interés en llevar a la práctica porque, en la vida real, dichas fantasías no les resultarían tan apasionantes.

Otros, simplemente, sienten esa atracción romántica de la que hablaba antes, algo que a muchas personas les cuesta entender, ya que para los individuos sexuales, la atracción romántica y la sexual van de la mano. Esto suele provocar numerosas discusiones en las parejas donde uno de los miembros es asexual y el otro no, ya que los asexuales pueden enamorarse de alguien, ya sea hombre o mujer, y tan sólo desear acariciarle o abrazarle, estar a su lado y compartir su vida con él o ella sin necesidad de mantener relaciones carnales. Se trata, tan sólo de estar físicamente cerca de la persona amada. Y finalmente, están los que deciden tener sexo esporádico por el simple placer de su práctica o bien por sentirse obligados a complacer a su pareja.
En definitiva, las personas asexuales son tan diversas y complejas como el resto y cuando experimentan afinidad se sienten atraídas por un género en particular, de manera que se pueden identificar también como lesbianas, gay, bisexuales o heterosexuales.
Hay que aclarar que todos, en algún momento de nuestras vidas nos hemos encontrado faltos de deseo, apáticos, sin ganas de nada, bien por problemas de pareja, de trabajo, o por agobios varios, pero no por ello se puede tildar a una persona de ser asexual, ya que la asexualidad es una forma de vida y no procede de ninguna crisis física ni psicológica. Al igual que tampoco debe confundirse con el celibato, ya que éste se elige libremente mientras que la asexualidad es una parte intrínseca de lo que uno es.

Uno de los mayores grupos de información que existen sobre este tema es la Asexual Visibility and Education Network (Red para la Educación y la Visibilidad de la Asexualidad). AVEN alberga la mayor comunidad asexual online y, como ellos mismos dicen en su página web, se esfuerza por crear una discusión abierta y honesta sobre la asexualidad entre la gente sexual y asexual por igual.
En su página en castellano encontramos un foro donde plantear todas las incertidumbres que nos puedan surgir sobre la asexualidad. Es un lugar de encuentro para jóvenes y no tan jóvenes, para bisexuales, lesbianas, gays o heteros que se identifiquen con esta condición sexual. Todos tienen cabida dentro de este grupo que, a la vez que les informa sobre cualquier duda o problema que les inquiete, también les pone en contacto con otras personas que se encuentren en sus mismas circunstancias.
Como conclusión tan sólo decir que da igual de la condición sexual que seamos. Cada individuo tiene su particular forma de vivir la sexualidad y ésta es tan variada como cantidad de seres humanos hay sobre la faz de la tierra. Lo importante es la libertad para poder vivirla y disfrutarla.
http://mirales.es/bisexuales/sin-deseo-sexual-bisexualidad-asexual.php



sábado, 7 de abril de 2012

Se hace saber que...

Se hace saber a la ciudadanía; a los peatones del sistema; a los donantes de ilusión; a los que pagan el gasóleo sin mirar el surtidor; y sobre todo a quienes leen esta columna, que se ha detectado por mi persona un virus letal que está campando por sus anchas en nuestras conversaciones. Mi deber como templario de ustedes, a los que intento cuidar desde ese altruismo interesado ya que... sin lectores no tendría sentido mi presencia en esta página, es hacérselo saber.
El virus afecta a la esperanza y a la capacidad de reivindicar los derechos de uno. Su propagación es muy sencilla: por contagio social. Lo mismo puede pasártelo un amigo que un compañero de trabajo sin ánimo de molestar. Aunque, y como siempre, los que han permitido que esta infección mental alcance el grado de pandemia han sido los medios de comunicación.
A estas alturas probablemente lo tendrá ya instalado en su cerebro. Que no cunda el pánico. Hay solución. ¿Cómo reconocerlo? Muy sencillo: se puede manifestar de dos maneras diferentes, son dos frases que utilizamos últimamente. La primera: «Es lo que hay», y la segunda:«Con la que está cayendo». Le sonarán. Probablemente hoy mismo las ha utilizado en alguna conversación. ¿Cómo opera este virus? Con la táctica del pelma; de tanto escucharlas, acabamos por creernos que no existe otra posibilidad. Les sonará, frases del tipo: «Me han rebajado el presupuesto un treinta por ciento, pero es lo que hay», a lo que el interlocutor, también infectado por el virus, le responde: «Con la que está cayendo, no te puedes quejar». Siento ser tan crudo, compañeros. El que diseñó los virus, porque son de laboratorio, se puso como objetivo que fuera cual fuera nuestra circunstancia nos sintiéramos unos privilegiados con culpa.
Los grandes logros de la humanidad siempre los ha protagonizado alguien que no aceptó un «es lo que hay», y «con la que estuviera cayendo» reivindicó su derecho a concebir otra realidad sin franquicias transgénicas de manipuladores de sueños ajenos .
Pasen buen día, es lo que había.
Oscar Terol

lunes, 2 de abril de 2012

¿Puede una pareja sobrevivir sin tener sexo?

¿Pueden las personas establecer una relación sin practicar sexo? ¿Es tan extraño como se podría pensar?
El 3% de la población es asexual, es decir, no sienten atracción sexual hacia ninguna otra persona ni placer durante el sexo. Incluso, tienen una comunidad en internet donde buscan a otros que piensan igual que ellos.
En la web uno puede encontrar muchas historias como la de Paula. Ella tiene 32 años y ha pololeado cuatro veces. Con el tercero tuvo sólo una vez relaciones sexuales y, tras esa experiencia, determinó que el sexo no era fundamental en su vida. En un principio, su pareja aceptó esta decisión, pero con el tiempo, se dio cuenta que para él, el sexo sí era importante.
El actual novio de Paula también es asexual y se aman al igual que cualquier pareja. Se encontraron en un chat donde la temática principal es el amor sin sexo. Ambos aseguran que son felices, que no nacieron para eso y que se pueden amar igual que el resto de las personas.
La Asexual Visibility and Education Network (AVEN), la más importantes red de asexuales, reúne a cerca de 800 personas en todo el mundo. Ellos clasifican cuatro grados de asexualidad: tiene deseo sexual, pero ninguna atracción romántica; tiene atracción romántica, pero sin apetito sexual; tiene ambos y, ninguno de los dos.
Según esta red, si uno dice sí a alguno de estos cuatro puntos, lo más probable es que sea asexual. También existe la página Platonic partners , una página de contactos para encuentros sin sexo.
Uno de los asexuales más conocidos es el cantante Morrissey (el mismo que hizo que Eva Gómez se quitara las plumas de su vestido en el último Festival de Viña). En una ocasión, él dijo que el sexo no era algo que le interesaba mucho. Si uno navega por la red, él siempre aparece como alguien asexuado.
Otros famosos en la historia que comparten este poco común estilo de vida son: Salvador Dalí, Kafka y Hitler. Ellos, al igual que Morrissey, no encuentran que las relaciones sexuales sean algo fundamental en la vida, es más, prefieren vivir si ello.
http://www.guioteca.com/amor/amor-sin-sexo-es-posible/